Unamos esfuerzos en esta lucha colosal de llamar a la sindéresis a todos
Escribir sobre los acontecimientos, tratar de resumir en frases en tan escasos caracteres el sentimiento que arropa a toda la nación, es tarea titánica, pero no imposible cuando se tiende a desdibujar al país, a fraccionarlo, a dividirlo, a destruirlo, es ahí donde la expresión genuina de generar eco, opinión publica ante el arrebato de la violencia, que cada día se asoma, producto de negar al otro, esa negación que tanto daño nos ha costado en la historia nuestra y ha sido expresión de innumerables movimientos, justifica aunque breve este artículo, un país se construye aceptando al otro, aceptando la disidencia, aceptando la opinión adversa e incluso incorporándola como debe hacerse, la crítica debe ser constructiva y la aceptación del otro como antítesis de la negación, en un juego serio e indispensable del rescate de la política, ser incluyente es y debe ser la base de toda política, es la base medular de todo proyecto que goce de vigorosidad, es el cimiento de un país, para generar una alternativa, incluyente, que no busque ser hegemónica, totalitaria, que vea en el otro, en el opuesto un caldo creativo de ideas, que busque incorporar en las decisiones hacia objetivos tan básicos como el bien común, el bien de todos y para todos, la exclusión, la negación es lo que lleva a cualquier nación a la disolución, a la violencia, a la tragedia peligrosa de la confrontación, unamos esfuerzos en esta lucha colosal de llamar a la sindéresis a todos, para un acuerdo basado en una negociación que beneficie al país que nos aleje del abismo cercano de la trágica confrontación.
Politólogo AHMED SLEIMAN