De cara al Año nuevo lunar, que se festeja el viernes, millones de chinos regresan a sus regiones de origen, en lo que es la mayor migración del mundo, pero algunos, indeseables, dejan Pekín para siempre.
Como todos los años, en una estación de la capital, miles de viajeros, cargados con bolsos y paquetes de fideos suben de manera desordenada en un tren en dirección de Chengdu (suroeste), para un viaje de 28 horas.
Son algunos de las decenas de millones de trabajadores que regresan a sus regiones para celebrar la mayor fiesta del calendario chino: el Año nuevo lunar que este año cae el 16 de febrero.
En el tren, muchos no pudieron obtener un asiento. Se ven obligados a quedarse parados en los pasillos repletos el tiempo que dure su viaje.
AFP