INTOLERANCIA: resulta ser cualquier actitud plano de las ideas, por ejemplo, se caracteriza por la perseverancia en la propia opinión, a pesar de las razones que se puedan esgrimir contra ella. Supone, por tanto, cierta dureza y rigidez en el mantenimiento de las propias ideas o características, que se tienen como absolutas e inquebrantables. Fuente: Wikipedia
Y eso, la intolerancia, precisamente fue el detonante para que Guarenas se convirtiera durante la mañana del lunes 27 de febrero de 1989, en la referencia de Venezuela ante el mundo por un estallido social que dejó luto, desolación, comercios saqueados y una especie de “marca” que se ha sostenido a lo largo de estos años como ciudad guerrera, a pesar del olvido sobre hechos anteriores que ya le habían impulsado hacia las noticias del país e internacionalmente, cuando en otro arrebato de abuso contra el pueblo trabajador, se impuso un alza en el pasaje que terminó con la quema de varios autobuses marca Mercedes Benz, recién estrenados en la capital del entonces Distrito Plaza en el estado Miranda.
Sobre el tema mucho se ha escrito hasta la fecha y hasta se ha distorsionado en detalles algunos aspectos de lo ocurrido desde la madrugada de ese día en nuestra urbe, algunos autores con intención manifiesta de lograr puntos políticos, otros por desconocimiento de la realidad o por consejas que nada tuvieron que ver con lo vivido hace 29 años y que hasta al cine llegaron en una visión en medio de detalles alejados de la realidad, como es el caso de presentarnos el incendio de una buseta frente a la terminal de pasajeros de Trapichito, cuando el 27 y 29 de febrero, ni un rayón sufrieron los vehículos de quienes en medio de su intolerancia provocaron la ira del pueblo, por el contrario, sus busetas con sus tanques repletos de gasoil y no de gasolina, el combustible que desde ese día registraría un incremento de 0,25, un “mediecito” por litro, estaban bajo el resguardo de la recién creada compañía de la Guardia Nacional establecida al lado de la estación de servicios PDV, en El Cercado, de la autopista GMA.
Los escritos sobre el tema han obviado -tal vez por desconocimiento- a personajes que de alguna manera se vieron involucrados en los acontecimientos que dieron forma al Sacudón, o Guarenazo, que una vez concluido en lo que se refiere a saqueos y mortandad, comenzó en Caracas cuando las televisoras RCTV y Venevisión comenzaron a divulgar los videos sobre lo ocurrido en comercios de sectores como la plaza La Paz (mal llamada “de los flojos”), en los centros comerciales Miranda y Trapichito. Entonces no existían las modernas redes sociales como Twitter, Facebook, Instagram, entre otras, porque de haber sido así, con una transmisión al instante, desde la madrugada del lunes la anarquía sin duda habría consumido al país entero, y los trescientos muertos según la estadística del gobierno de turno, se hubiesen convertido en decenas de miles, con factorías, comercios y tal vez hasta urbanizaciones devastadas..
Uno esos personajes, todavía activo en el trabajo social es Eleazar Juárez, un conocido dirigente vecinal de Guarenas, forjado en el gremio del transporte como autobusero profesión que inició en 1955 en plena dictadura de Pérez Jiménez, luego de su arribo a la capital venezolana proveniente de su natal Trujillo y tras cumplir con el servicio militar “obligado” al haber sido reclutado y llevado a la antigua sede del entonces Ministerio de Guerra y Marina (hoy Ministerio de la Defensa), el actual Cuartel de la Montaña, en La Planicie, de la urbanización 23 de Enero.
Juárez se dice orgulloso de haber sido discípulo de un dirigente político que está en el libro de los protagonistas de la reciente historia política del país, con una página escrita en el siglo XX desde diferentes áreas, donde destacaron su posición gremialista como trabajador del volante, y después en su rol como tutor político del liberado teniente coronel que jefaturó el alzamiento militar del 4 de Febrero de 1992, y quien a la postre -una vez dejara de lado su posición abstencionista- se convirtiera el 6 de diciembre de 1998 en el presidente electo, y a la postre el comandante Hugo Chávez Frías, forjado como protagonista de primera línea de la Venezuela contemporánea.
-Esa explosión social carecía de liderazgo en su origen, porque se desvirtuó gracias al detonante producto de la anarquía de un sector del gremio del volante, y me duele decirlo, porque pertenezco a ese gremio, pero es la verdad; junto a otros dirigentes sociales -dice Juárez- habíamos dado forma a una organización vecinal en Guarenas que desde el fin de semana antes de los sucesos, estábamos promoviendo una movilización pacífica hasta el terminal, con el fin de apoyar el alza del pasaje hasta Caracas en un treinta por ciento, como lo había informado el gobierno, pero los directivos de Conductores Unidos y de la Cooperativa Menca de Leoni, Francisco Padrón y Luis Petaquero, decidieron otra cosa y aumentaron el pasaje en cincuenta por ciento…
-En busetas que no se movilizaban con gasolina, sino con gasoil cuyo costo se mantenía en 10 céntimos el litro, preguntamos.
-Así es, se pretendía pasar por encima de una disposición oficial, en medio de una conducta de evidente intolerancia, lo que naturalmente fue rechazado por el pueblo de Guarenas, y más al conocerse que muchos de sus habitantes, pasajeros que iban a Caracas a trabajar, a estudiar o a alguna diligencia, fueron maltratados y obligados a bajar de las busetas en plena autopista, al negarse a convalidar un incremento en el pasaje que no estaba autorizado, refiere Juárez, al dejar ver que en medio de la molestia que fue ocasionando el malestar popular que se hizo masivo con una aglomeración de personas en las instalaciones del terminal -donde ya no llegaban las busetas porque habían sido escondidas en la Guardia Nacional en Mampote-, fue cuando decidieron marchar a hacia Guarenas para buscar respuesta de las autoridades municipales, que hasta el momento, asegura, habían brillado por su ausencia. “El entonces presidente municipal, Manuel Monges, se había comprometido a acompañar el pedimento de la Federación de Vecinos de Plaza, Fedeplaz, integrada por 62 asociaciones de vecinos, en contra del alza del pasaje ese día, pero no se hizo presente”, asegura Eleazar Juárez, quien ratifica que la posición vecinal para el momento era la de una movilización pacífica, y confiesa que se estaba trabajando para otra movilización, en contra del paquete económico neoliberal de Carlos Andrés Pérez que le impuso el Fondo Monetario Internacional, FMI, “pero eso no estaba previsto para ese lunes 27 de febrero, y desconozco si alguien lo utilizó como argumento para lo ocurrido horas después de los sucesos madrugadores, con los atropellos a los pasajeros; de Valle Verde se marchó hasta el centro de Guarenas, la multitud llegó hasta la plaza de los flojos, y lo demás es harto conocido, comenzaron los saqueos, el baño de sangre cuando se inició la represión de parte de la Policía Metropolitana que había custodiado la marcha en sana paz, llegó la televisión, “y no fue hasta que comenzaron a pasar los videos sobre lo ocurrido en Guarenas, cuando se iniciaron los saqueos en Caracas y otras ciudades del país, en lo que se ha llamado sacudón o Caracazo, cuando se debe denominar es Guarenazo”.
Eleazar Juárez, el hijo de Juvenal y María Sara, trabajadores del campo trujillano, nacido el 14 de agosto de 1932, a sus 87 años no se rinde y avanza en sus actividades como dirigente social, y precisamente hoy en el epicentro del 27 de Febrero de 1989, en el actual Boulevard La Paz, junto a otros activistas de la lucha vecinal como Manuel González y Luis Varela -testigos también de los acontecimientos de hace 29 años-, entre otros, están dando forma al Frente de Defensa y Justicia Social Bolivariano, “para rescatar las reivindicaciones vecinales, ante una Guarenas llena de problemas, para cuyas soluciones, necesitamos de la participación decidida del pueblo, junto a sus autoridades”.
Alexis J. Castro Blandín
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