Primero fue su padre el que pidió a Lindsay Lohan que buscara ayuda después de conocerse que bebe dos botellas de vodka al día y ahora son sus amigos los que han tenido que intervenir. Tras el incidente en que acabó detenida por una pelea en una discoteca de Nueva York, parece que Lindsay ha intentado ahogar sus penas en el alcohol.
Según el portal estadounidense ‘TMZ’, los amigos más cercanos a Lohan están animándola a que inicie un tratamiento de desintoxicación, lo que además jugaría a su favor frente al juez que lleva sus causas. Sin embargo, la actriz se niega y defiende que ha rodado tres películas recientemente como prueba de que no tiene un problema con la bebida.
Su defensa llega unos días después de que su padre, Michael Lohan, le rogara que ingresara en la clínica Betty Ford. “Solo quiero que vaya a rehabilitación. La quiero y quiero que tenga la ayuda que necesita”, declaró a la web ‘HollyScoop.com’.
Lindsay hace oídos sordos a las peticiones de su padre ya que él fue quien filtró una conversación telefónica entre ambos a la prensa. Tras esta traición Lohan declaró que él “estaba muerto para ella”. Su padre asegura que le ha llamado pero que “obviamente, no me ha cogido el teléfono”.
Si finalmente es juzgada culpable y tiene que volver a prisión no podrá decir que no se lo advirtieron.
Agencias