Nicaragua vive una inestabilidad política inusitada desde que Daniel Ortega volvió al poder hace once años. ¿Inciden en algo las recomendaciones del Fondo Monetario Internacional, la crisis en Venezuela y las sanciones de Washington a Caracas?
Juan Felipe Celia, director adjunto del Centro para América Latina del Atlantic Council, un foro de reflexión independiente con sede en Washington, intenta dar respuestas en entrevista con AFP.
– ¿Por qué estalló el descontento en Nicaragua?
Las protestas comenzaron como una manifestación contra las reformas anunciadas por el gobierno de Daniel Ortega, que aumentaban las contribuciones de los trabajadores y compañías al sistema de seguridad social. Sin embargo, se han convertido en una ola de protestas a nivel nacional contra la represión, la censura a los medios de comunicación, la reducción de las libertades civiles y políticas, y contra el abuso de fuerza por parte de las autoridades, que ha causado una veintena de muertes.
– El FMI recomendó el año pasado a Nicaragua hacer reformas al sistema de seguridad social. ¿Es un responsable indirecto de las protestas?
No se puede culpar al FMI, la culpa es estrictamente del gobierno de Ortega, el cual ha sido acusado de usar los fondos del sistema de seguridad social para proyectos de sus aliados políticos. Y aunque el FMI emitió una serie de recomendaciones sobre reforma pensional, las reformas anunciadas por el gobierno, aparte de imponer un alto costo sobre la población, se hicieron de manera unilateral sin consultar siquiera al COSEP, la asociación de empresas privadas de Nicaragua. El COSEP ha sido un aliado del gobierno desde que se posesionó, pero en este caso ha hecho un llamado a continuar las protestas contra medidas que considera que aumentarán el desempleo.
– ¿Cuánto pesa en la economía nicaragüense la disminución de la ayuda de Venezuela?
La cooperación venezolana a Nicaragua cayó más de 60% en 2017 y está afectando de manera significativa la economía nicaragüense. No es coincidencia que el gobierno esté haciendo estas reformas impopulares ahora en vez de hace dos o tres años, cuando aún contaba con cooperación extranjera más robusta. Nicaragua ha dejado atrás la época de las «vacas gordas» y la reducción de la cooperación venezolana ha contribuido a eso.
– ¿Qué efecto tienen las sanciones económicas de Estados Unidos a Venezuela?
Nicaragua definitivamente ha sentido el impacto, tanto directa como indirectamente. A finales de 2017, empresas nicaragüenses suspendieron sus exportaciones a Venezuela debido a las sanciones impuestas por el gobierno estadounidense a la petrolera venezolana PDVSA. Estas también han afectado el funcionamiento de Albanisa, la agencia encargada del comercio entre Nicaragua y Venezuela, y de la cual PDVSA es accionista mayoritaria. Cualquier sanción que deteriore la economía venezolana aún más tendrá un impacto para Nicaragua dados los vínculos estrechos entre ambas economías.
– ¿Qué se puede esperar de ahora en más en Nicaragua?
Este es sin duda un punto de inflexión para Nicaragua. Es la primera vez que tantos sectores se unen en protesta contra el gobierno. El COSEP ha anunciado que no negociará con el gobierno hasta que cese su represión contra los manifestantes, y el hecho de que las protestas estén enfocadas en denunciar al gobierno más ampliamente puede llevar a que se sostengan por un tiempo prolongado. Las 27 muertes reportadas también servirán para movilizar a más nicaragüenses indignados con el nivel de violencia del gobierno. El anuncio de Ortega de no llevar a cabo las reformas no satisfizo en lo absoluto a los protestantes, quienes ahora están pidiendo su renuncia. Sin embargo, es difícil saber si esto pone en duda la continuidad de Ortega, quien ha logrado eliminar la competencia política y cualquier sistema de controles y equilibrios, aunque sí estamos viendo un nivel de inestabilidad en el país que no se había visto desde que Ortega regresó al poder en 2007.
AFP