No existen pruebas concluyentes que confirmen que Rusia es responsable del derribo del vuelo MH17 de la compañía Malaysia Airlines en Donbás en julio de 2014, declaró el ministro de Transporte malasio, Anthony Loke, al medio Channel News Asia.
El Equipo de Investigación Conjunto (JIT, en inglés) presentó el 24 de mayo los resultados preliminares de la segunda investigación de la tragedia. Según este estudio, el misil del sistema antiaéreo Buk, que derribó al Boeing malasio en la región de Donbás —en el este de Ucrania— en 2014 pertenecía de las Fuerzas Armadas de Rusia.
El Ministerio de Defensa ruso afirmó, por su parte, que ningún sistema antiaéreo ruso cruzó la frontera con Ucrania y remarcó que la investigación del JIT no incluye los testimonios de personas que viven cerca del lugar de la catástrofe y según los cuales el misil fue lanzado desde un área controlada por los militares ucranianos.
Por su parte, el presidente ruso, Vladímir Putin, negó que en el derribo se empleara un misil procedente de Rusia y declaró que Moscú no reconocerá los resultados de la investigación del siniestro hasta que el país euroasiático participe en ella.
En este sentido, Serguéi Lavrov criticó a los Países Bajos por no presentar dato alguno que avale las conclusiones de la investigación. A la vez, reafirmó la disposición de Moscú de cooperar con la investigación.
El 17 de julio de 2014, un misil alcanzó el vuelo MH17 de la compañía Malaysia Airlines que se dirigía de Ámsterdam a Kuala Lumpur —capital malasia— cuando este sobrevolaba Donbás, zona convulsionada por los enfrentamientos entre las tropas ucranianas y las milicias locales.