Los lazos entre Bagdad y Erbil han sufrido un retroceso desde que el Kurdistán ofreció refugio hace un año al vicepresidente suní iraquí, Tarek al Hashemi
BAGDAD. Las autoridades iraquíes prohibieron ayer la entrada en su espacio aéreo de un avión en el que viajaba el ministro turco de Energía, Taner Yildiz, según informó el Gobierno de la región autónoma del Kurdistán iraquí.
El portavoz kurdo, Sefin Dezi, dijo en un comunicado que el avión de Yilbiz debía aterrizar en la ciudad de Erbil, capital del Kurdistán iraquí, cuyas autoridades mantienen una tensa relación con el Gobierno de Bagdad.
El titular turco de Energía tenía previsto participar en Erbil en una conferencia sobre petróleo y gas, que arrancó ayer con la presencia del primer ministro kurdo, Niyilban Barzani, entre otros.
Los lazos entre Bagdad y Erbil han sufrido un retroceso desde que el Kurdistán ofreció refugio hace un año al vicepresidente suní iraquí, Tarek al Hashemi, sobre el que pesa una orden de arresto por delitos de terrorismo, por los que ya ha recibido tres condenas a muerte en rebeldía.
Además, en las últimas semanas la tensión entre ambas partes ha aumentado después de que Bagdad desplegó nuevas fuerzas militares en la provincia petrolera de Kirkuk para evitar atentados terroristas.
En respuesta, las fuerzas de “peshmerga” -las milicias armadas kurdas de Irak- mandaron ayer refuerzos adicionales a esta provincia, pese a las advertencias del Gobierno central.
Kirkuk, centro de una rica zona petrolera y ciudad de una variada población de origen árabe, kurdo, turcomano y cristiano que coexiste con dificultad, tiene un estatus especial, aunque el Gobierno autónomo del Kurdistán la reclama junto con otras áreas, algo a lo que se oponen las otras comunidades y Bagdad.
Los analistas iraquíes califican la situación de “muy peligrosa” y temen que si continúa esa tensión entre las dos partes puede desencadenarse un conflicto armado.
Turquía ya se vio envuelta en la lucha que mantienen Bagdad y Erbil el pasado agosto, cuando el jefe de la diplomacia turca, Ahmet Davutoglu, visitó Kirkuk sin avisar al Gobierno iraquí.
Entonces, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Irak convocó al encargado de negocios turco en Bagdad para protestar por la visita, que -dijo- supone “un desprecio a la soberanía de Irak y una violación de las normas que regulan los lazos diplomáticos entre dos estados vecinos”.