El Departamento de Estado indicó en una “alerta de seguridad” que ordenó la salida de su personal no esencial y también pidió a los ciudadanos estadounidenses que estén en el territorio venezolano que “consideren seriamente” abandonar el país.
El miércoles Maduro rompió relaciones con Washington y dio un plazo de 72 horas a los diplomáticos estadounidenses para dejar el país, después de que el presidente estadounidense, Donald Trump, apoyara la juramentación del líder opositor Juan Guaidó como presidente interino, y calificara como “ilegítimo” al mandatario socialista.
El secretario de Estado, Mike Pompeo respondió que Maduro no tenía “autoridad legal” para tomar estas decisiones.
El jueves, Pompeo dijo en una entrevista que Maduro es responsable de la seguridad de los diplomáticos estadounidenses.
“No hay una mayor prioridad para el Departamento de Estado que la de mantener a todas las personas de nuestras misiones seguras”, dijo a la periodista conservadora Laura Ingraham.
El Departamento de Estado no ha especificado cuantos efectivos siguen en Venezuela.