Después de 12 días de protestas, el gobernador de Puerto Rico, Ricardo Rosselló, anunció la noche del miércoles que renunciaría a raíz de mensajes de chat ofensivos que provocaron protestas masivas en la isla caribeña.
Rosselló dijo que dimitiría el 2 de agosto, luego de que sus promesas de no buscar la reelección y renunciar a la dirección de su partido no satisficieron a sus detractores. Lo sucederá la secretaria de Justicia, Wanda Vázquez, de 59 años.
“Hoy siento que continuar en esta posición representa una dificultad para que el éxito alcanzado perdure”, dijo Rosselló, enumerando los logros en el cargo que abarcaban desde crear nuevas industrias hasta promover la igualdad salarial para las mujeres.
Repleta de manifestantes que aguardaban el anuncio, la histórica Ciudad Vieja de San Juan estalló de alegría cuando se supo que Rosselló, cuyo gobierno había estado asediado por acusaciones de corrupción, había renunciado.
Miles de puertorriqueños, en su mayoría jóvenes, se reunieron en las cuadras frente a la mansión del gobernador. Agitaron banderas y encendieron fuegos artificiales.
“Es increíble, es maravilloso, estoy muy feliz”, dijo Leonardo Elías Natal, de 19 años. “Es hora de despertar y estoy muy orgulloso de mi país”.
Para más tarde el jueves había convocadas manifestaciones en el distrito financiero de la ciudad para celebrar la renuncia del gobernador y dejar clara la oposición a Vázquez.
El mandato de Rosselló como gobernador ha visto a la isla azotada por huracanes consecutivos de 2017 que mataron a miles de personas y causaron una destrucción generalizada, sólo meses después de que el territorio de Estados Unidos se declarara en bancarrota.
La última gota para muchos en la isla llegó el 13 de julio, cuando el Centro de Periodismo Investigativo de Puerto Rico publicó 889 páginas de mensajes de chat entre Rosselló y once aliados cercanos.
En los mensajes entre noviembre de 2018 y enero de 2019, el grupo hizo declaraciones ofensivas y, a veces, violentas sobre los opositores políticos, el cantante Ricky Martin y los puertorriqueños comunes.
Fuente: Panomara