Se trata de los episodios más violentos desde la elección del primer presidente islamista de Egipto, quien ha provocado la ira de la oposición y de parte de la magistratura al otorgarse poderes excepcionales el 22 de noviembre
Partidarios y opositores al presidente islamista Mohamed Mursi se enfrentaron este miércoles ante el palacio presidencial de la capital de Egipto en choques que quejaron más de 200 heridos y que demuestran la división del país.
Se trata de los episodios más violentos desde la elección de Mursi, primer presidente islamista de Egipto, quien ha provocado la ira de la oposición y de parte de la magistratura al otorgarse poderes excepcionales el 22 de noviembre.
Un periodista de la AFP informó sobre coches incendiados y disparos de posta, cuando el ministerio de Sanidad indicó que hubo 211 heridos.
Durante la noche, los manifestantes seguían en los alrededores del palacio presidencial a pesar de los llamamientos a retirarse, entre otros del primer ministro Hicham Qandil, y de los Hermanos Musulmanes, organización a la que pertenece el presidente.
La policía antidisturbios logró imponer un cordón de seguridad entre los manifestantes rivales delante del palacio, pero los enfrentamientos seguían con lanzamientos de piedras en las calles adyacentes.
Por segundo día consecutivo, los alrededores de la presidencia en el barrio de Heliopolis fueron el epicentro de la crisis.
Convocados por los Hermanos Musulmanes, miles de personas se concentraron ante el palacio durante la tarde, desmantelando las tiendas de campaña en las que pequeños grupos de antiMursi pasaron la noche tras una manifestación masiva de la oposición el martes.
También hubo manifestaciones en otras ciudades del país, donde opositores de Mursi saquearon e incendiaron locales de los Hermanos Musulmanes, como en Ismailía y en Suez, en el noreste del país.
Los testimonios de los manifestantes mostraban a una sociedad profundamente dividida, casi dos años tras la revuelta que derrocó al régimen de Hosni Mubarak.
«Estamos aquí por la libertad, ellos están por la violencia», dijo a la AFP un antiMursi, Ali Gamal, de 22 años, antes de lanzar piedras contra el otro bando.
«Es una guerra civil que nos va a quemar a todos», lamentó Ahmed Fhamy, de 27 años.
«Estoy aquí para defender la democracia, el presidente fue elegido por las urnas. Los demás huyeron porque no pueden resistir nuestra fuerza», dijo por su parte Wael Ali, un hombre de unos cuarenta años favorable a Mursi.
La oposición exigió de nuevo la retirada del decreto que refuerza los poderes de Mursi y la anulación del referéndum del 15 de diciembre sobre el controvertido proyecto de Constitución.
El poder, por su parte, a través del vicepresidente Mahmud Mekki, mantuvo el referéndum sobre este proyecto acusado por la oposición de no proteger algunos derechos fundamentales como la libertad de expresión, y de abrir la puerta a un aplicación más estricta de la ley islámica.
El gran imán de Al Azhar, Ahmed al Tayeb, la principal autoridad del islam sunita, exhortó a los egipcios a la moderación y al diálogo, cuando aparecieron las primeras disensiones en el seno del equipo de Mursi con dimisiones de tres de sus consejeros según la agencia Mena.
En el exterior, la Unión Europea y Gran Bretaña llamaron también a la moderación y Estados Unidos defendió el diálogo.
La crisis estalló con el anuncio de un decreto del presidente que refuerza sus poderes y le coloca por encima de cualquier recurso judicial.
«Presidente es el responsable»
En conferencia de prensa con el exjefe de la Liga Árabe Amr Musa y excandidato a la presidencia Hamdin Sabaji, que forman parte del Frente de Salvación Nacional (FSN), una coalición de la oposición, Mohamed ElBaradei, jefe del FSN, hizo recaer sobre Mursi «la total responsabilidad» de la violencia.
«El régimen pierde su legitimidad día tras día», afirmó. «Estamos dispuestos al diálogo» pero solo si se retira el decreto, añadió, y calificó el poder de «represivo y autocrático».
Mursi afirmó que sus poderes ampliados estaban destinados a acelerar una transición tumultuosa y subrayó que eran medidas «temporales».
La oposición acusa al presidente de deriva autoritaria y al proyecto de Constitución de haber sido redactado para y por los islamistas.
Haitham El-Tabei / AFP