La Fuerza Armada de Venezuela rechazó este martes la activación del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), un mecanismo de ayuda militar extranjera, y pidió a los países que apoyan este pacto que midan las consecuencias que puede traer para la región.
En un comunicado leído por el ministro de Defensa, Vladimir Padrino, ante la prensa, la Fuerza Armada expresó su rechazo a «la espuria e írrita activación del TIAR por parte de la Organización de Estados Americanos (OEA)», y afirmó que se trata de una «provocación irracional mediante la cual se pretende legalizar una intervención militar».
«Es imperativo resaltar que un desenlace de esta naturaleza tendría nefastas consecuencias en toda Suramérica, erigida en la última década como una zona de paz, convirtiéndola contrariamente en una zona de guerra», declaró el ministro, acompañado de altos mandos militares.
Aseguró que la Fuerza Armada venezolana tiene una vocación «pacifista», pero destacó que también tiene un «carácter antiimperialista» y una «inquebrantable decisión de cumplir el juramento sagrado de honrar y defender la soberanía» hasta «perder la vida si fuese necesario».
Antes de leer el comunicado, Padrino pidió a los países que apoyan la activación del tratado que «evalúen bien» las consecuencias.
«El mundo debe tenerlo claro, la región debe tenerlo claro, Latinoamérica debe tenerlo claro, el Caribe debe tenerlo claro (…), lo que ocurre en Venezuela si es agredida tendrá un impacto no solo regional sino también mundial», agregó.
Señaló también que «en este momento» ese tratado ya no tiene «ningún sentido» porque las partes en conflicto están «dialogando», y manifestó su apoyo a las conversaciones que inició el Gobierno de Nicolás Maduro con un sector minoritario de la oposición, tras abandonar las negociaciones en Barbados con la mayoría antichavista.
El pasado miércoles, doce países del continente americano dieron un primer paso en la activación del TIAR, una especie de OTAN americana que podría abrir la puerta a una intervención militar en Venezuela, al considerar que la «crisis» en Venezuela representa «una clara amenaza a la paz y la seguridad» en la región.
El tratado, que prevé la defensa mutua entre las naciones firmantes ante ataques armados, fue apoyado por Argentina, Brasil, Chile, Colombia, El Salvador, EEUU, Guatemala, Haití, Honduras, Paraguay, República Dominicana y Venezuela, esta última representada por los delegados del jefe del Parlamento opositor, Juan Guaidó.
Venezuela está representada en la OEA por Guaidó porque el Gobierno de Nicolás Maduro se retiró del organismo, que, por su parte, tampoco lo reconoce como presidente de Venezuela por haber sido reelegido en unos cuestionados comicios sin participación de la oposición.
Lo que esos doce Estados decidieron fue convocar una reunión de los ministros de Exteriores de las naciones firmantes del TIAR para que, en la segunda quincena de este mes de septiembre, en los márgenes de la Asamblea General de la ONU en Nueva York, decidan qué medidas tomar respecto a Venezuela.
Entonces, tendrán que decidir cómo presionar a Maduro y determinar si rompen las relaciones diplomáticas y económicas con el país, o si van más lejos y decretan un bloqueo al transporte naval y aéreo.
La opción más agresiva que incluye el tratado es el «empleo de la fuerza armada», pero por el momento algunos países, como EEUU, han dicho que esa posibilidad no está sobre la mesa. EFE