Los diputados del oficialismo venezolano no se presentaron este martes en la sesión ordinaria de la Asamblea Nacional (AN, Parlamento), con lo cual el chavismo incumplió uno de los compromisos del acuerdo que firmó este lunes con un sector minoritario opositor: su regreso «inmediato» al Legislativo.
Este lunes, el chavismo presentó una mesa de diálogo nacional junto a un sector minoritario de la oposición, que controla menos de 10 escaños del total de los 167 que hay en la Cámara.
Bajo este acuerdo se estableció el retorno «inmediato» del chavismo al Parlamento, la liberación de «presos políticos» y el compromiso de escoger un nuevo órgano electoral, una petición frecuente de la oposición aglutinada en torno al jefe del Legislativo, Juan Guaidó, a quien más de 50 países reconocen como presidente encargado.
En ausencia de la minoría oficialista, la mayoría opositora aprobó de manera unánime que Guaidó se mantenga al frente del Legislativo hasta que «cese la usurpación» que considera hace el gobernante Nicolás Maduro del Ejecutivo.
En principio, Guaidó debía ser relevado por otro diputado opositor a partir de enero de 2020, último año de este período legislativo, según un acuerdo que la oposición firmó en 2015 tras hacerse con la mayoría en las últimas elecciones del Parlamento.
«Agradezco la confianza y el desprendimiento», dijo Guaidó antes de la votación del acuerdo. «Esto nos va a encontrar en la calle», añadió sin aclarar si hará llamamientos a nuevas manifestaciones antigubernamentales.
Guaidó se proclamó presidente interino a finales de enero pasado en su condición de jefe del Parlamento y en interpretación de varios artículos de la Constitución de Venezuela que, entre otras normas, establece que el poder Ejecutivo recae en el líder de la AN en caso de una «falta absoluta» del presidente.
Se considera como «falta absoluta» la muerte, la renuncia, la destitución, el abandono de cargo o la revocatoria del mandato.
Con la decisión que el Parlamento tomó este martes, la oposición evita la eventual proclamación de otra administración interina y mantiene a Guaidó como su principal líder.
El propio Guaidó había adelantado hace días que su gestión se mantendría hasta que Maduro abandone el poder y se renueve el órgano electoral, que la oposición asegura está subordinado al chavismo, y sean convocadas nuevas elecciones presidenciales.
Por su parte, el diputado Cambiemos -que forma parte de las negociaciones- Timoteo Zambrano confirmó que uno de los objetivos del diálogo con el chavismo será renovar el poder electoral este año y convocar elecciones al Parlamento, que en principio corresponden a 2020, aunque aclaró que para ello será necesario cumplir con ciertas condiciones.
En entrevista con el canal Globovisión, Zambrano dijo que las iniciativas de la mesa de diálogo están condicionadas al levantamiento de las sanciones contra varios funcionarios del Gobierno de Maduro y empresas venezolanas, como la petrolera Petróleos de Venezuela, que impusieron Estados Unidos y la Unión Europea.
«Esto es un círculo vicioso: no habrá elecciones nunca con sanciones, porque ningún Gobierno lo va a hacer y eso tiene que reconocerlo la oposición. Si nosotros queremos unas elecciones tienen que tener todas las condiciones, condiciones para los dos lados», explicó el diputado.
José Antonio España, también militante de Cambiemos, reivindicó la «mesa de paz» pues, según él, «el pueblo de Venezuela quiere resultados y la mesa que se instaló ayer es una oportunidad para tener resultados».
Sin embargo, la formación opositora Bandera Roja se desvinculó del nuevo diálogo al aclarar en un comunicado que la persona firmante en el pacto por su organización no los representa.
Venezuela atraviesa un pico tensión política desde que la oposición no reconociera la reelección de Nicolás Maduro y Guaidó proclamara su Gobierno interino.
Las partes han intentado resolver la crisis a través de varios mecanismos de negociaciones, el último con la mediación del Reino de Noruega, pero todos han acabado sin acuerdos.
Los diputados del oficialismo venezolano no se presentaron este martes en la sesión ordinaria de la Asamblea Nacional (AN, Parlamento), con lo cual el chavismo incumplió uno de los compromisos del acuerdo que firmó este lunes con un sector minoritario opositor: su regreso «inmediato» al Legislativo.
Este lunes, el chavismo presentó una mesa de diálogo nacional junto a un sector minoritario de la oposición, que controla menos de 10 escaños del total de los 167 que hay en la Cámara.
Bajo este acuerdo se estableció el retorno «inmediato» del chavismo al Parlamento, la liberación de «presos políticos» y el compromiso de escoger un nuevo órgano electoral, una petición frecuente de la oposición aglutinada en torno al jefe del Legislativo, Juan Guaidó, a quien más de 50 países reconocen como presidente encargado.
En ausencia de la minoría oficialista, la mayoría opositora aprobó de manera unánime que Guaidó se mantenga al frente del Legislativo hasta que «cese la usurpación» que considera hace el gobernante Nicolás Maduro del Ejecutivo.
En principio, Guaidó debía ser relevado por otro diputado opositor a partir de enero de 2020, último año de este período legislativo, según un acuerdo que la oposición firmó en 2015 tras hacerse con la mayoría en las últimas elecciones del Parlamento.
«Agradezco la confianza y el desprendimiento», dijo Guaidó antes de la votación del acuerdo. «Esto nos va a encontrar en la calle», añadió sin aclarar si hará llamamientos a nuevas manifestaciones antigubernamentales.
Guaidó se proclamó presidente interino a finales de enero pasado en su condición de jefe del Parlamento y en interpretación de varios artículos de la Constitución de Venezuela que, entre otras normas, establece que el poder Ejecutivo recae en el líder de la AN en caso de una «falta absoluta» del presidente.
Se considera como «falta absoluta» la muerte, la renuncia, la destitución, el abandono de cargo o la revocatoria del mandato.
Con la decisión que el Parlamento tomó este martes, la oposición evita la eventual proclamación de otra administración interina y mantiene a Guaidó como su principal líder.
El propio Guaidó había adelantado hace días que su gestión se mantendría hasta que Maduro abandone el poder y se renueve el órgano electoral, que la oposición asegura está subordinado al chavismo, y sean convocadas nuevas elecciones presidenciales.
Por su parte, el diputado Cambiemos -que forma parte de las negociaciones- Timoteo Zambrano confirmó que uno de los objetivos del diálogo con el chavismo será renovar el poder electoral este año y convocar elecciones al Parlamento, que en principio corresponden a 2020, aunque aclaró que para ello será necesario cumplir con ciertas condiciones.
En entrevista con el canal Globovisión, Zambrano dijo que las iniciativas de la mesa de diálogo están condicionadas al levantamiento de las sanciones contra varios funcionarios del Gobierno de Maduro y empresas venezolanas, como la petrolera Petróleos de Venezuela, que impusieron Estados Unidos y la Unión Europea.
«Esto es un círculo vicioso: no habrá elecciones nunca con sanciones, porque ningún Gobierno lo va a hacer y eso tiene que reconocerlo la oposición. Si nosotros queremos unas elecciones tienen que tener todas las condiciones, condiciones para los dos lados», explicó el diputado.
José Antonio España, también militante de Cambiemos, reivindicó la «mesa de paz» pues, según él, «el pueblo de Venezuela quiere resultados y la mesa que se instaló ayer es una oportunidad para tener resultados».
Sin embargo, la formación opositora Bandera Roja se desvinculó del nuevo diálogo al aclarar en un comunicado que la persona firmante en el pacto por su organización no los representa.
Venezuela atraviesa un pico tensión política desde que la oposición no reconociera la reelección de Nicolás Maduro y Guaidó proclamara su Gobierno interino.
Las partes han intentado resolver la crisis a través de varios mecanismos de negociaciones, el último con la mediación del Reino de Noruega, pero todos han acabado sin acuerdos.