Escenas de bloqueos con llantas, palos y montículos de tierra, que al inicio del día eran esporádicas, se generalizaron y aumentaron en violencia en toda la ciudad, impidiendo el paso a vehículos particulares con agresiones con palos y piedras
Cientos de manifestantes, muchos encapuchados, se apoderaron el sábado de diversos sectores de la capital y en áreas periféricas, paralizando calles y atacando a mansalva a vehículos particulares, mientras los indígenas se mantienen congregados en rechazo a la elevación de los precios de los combustibles decretada a inicios de mes.
Las escenas de bloqueos con llantas, palos y montículos de tierra, que al inicio del día eran esporádicas, se generalizaron y aumentaron en violencia en toda la ciudad, impidiendo el paso a vehículos particulares con agresiones con palos y piedras.
En otras áreas de la ciudad veían grupos de manifestantes movilizándose en camionetas o a pie, con banderas y en medio de gritos de protesta.
En medio de una manifestación, se desprendió un grupo de manifestantes encapuchados que rompieron las puertas de la Contraloría del Estado, que custodia la documentación para procesar actos de corrupción, y destruyó oficinas y documentos a su paso, además provocó incendios en varios pisos.
En el edificio, que está a mitad de camino entre la Asamblea y el sitio donde están apostados los manifestantes indígenas, están los documentos de respaldo de las investigaciones de corrupción, buena parte de ellas a ex altos funcionarios del gobierno del presidente Rafael Correa (2007-2017).
La ministra del Interior, María Paula Romo, en su cuenta de twitter, aseveró que “se ha detenido a 30 personas que se habían apostado en la terraza de la Contraloría. Se revisa el resto del edificio”.
En algunos sectores altos de la capital incluso se reportaron cortes del servicio de agua, ante lo cual el alcalde de la capital, Jorge Yunda, en declaraciones a periodistas dijo que “los ciudadanos debemos defender las fuentes de agua, tenemos que defender nuestros mercados, tenemos que defender nuestro metro de Quito”.
Señaló que “tenemos que defender nuestro patrimonio y la integridad de los quiteños, tenemos que organizarnos… ojalá tengamos el apoyo de las fuerzas del orden estatal para ir a proteger nuestras fuentes de agua”.
Reconoció que los manifestantes tienen derecho a protestar, “pero no vamos a permitir que se vaya más allá de una protesta”.
El municipio de Quito informó que las vías al aeropuerto capitalino están bloqueadas por manifestantes.
El gobierno no se había pronunciado acerca de estos sucesos.
En medio de la situación, la Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie), en un mensaje en Twitter, aseveró que “luego de un proceso de consulta con las comunidades, organizaciones, pueblos, nacionalidades y organizaciones sociales hemos decidido participar en el diálogo directo con (el presidente) Lenin (Moreno)”.
Cruentos enfrentamientos
Las protestas se caracterizaron hace casi dos semanas por mítines y manifestaciones en el sector centro norte de la capital, donde los manifestantes atacaron con piedras y palos a la policía, que respondió con gases lacrimógenos.
Miles de indígenas se mantienen concentrados en las instalaciones de la Casa de la Cultura y universidades cercanas desde donde han salido a protestas diarias.
Este es el principal campo de la batalla por el control del futuro económico de Ecuador, un exmiembro de la OPEP profundamente endeudado por una década de elevado gasto gubernamental y la caída en los precios del petróleo. Con una deuda de 64.000 millones de dólares y un déficit anual de 10.000 millones, el presidente Moreno está aumentando los impuestos, liberalizando las leyes laborales y recortando el gasto público para poder obtener más de 4.000 millones de dólares en financiamiento de emergencia del Fondo Monetario Internacional.