Funcionarios de los Departamentos de Estado y de Energía de la Administración Trump sopesaron los planes de evacuar cerca de 50 armas nucleares tácticas que Estados Unidos ha estado almacenando durante mucho tiempo bajo control estadounidense en la base aérea de Incirlik en Turquía, informa el periódico The new York Times
Dos informantes del diario y también funcionarios públicos afirmaron que el tema fue planteado «silenciosamente» ya que estas cabezas nucleares «son esencialmente rehenes de Erdogan» en medio de las tensiones que han surgido entre los dos estados por el operativo belico que el presidente turco lleva a cabo en el norte de Siria.
Un alto funcionario estimó que retirar las bombas de Incirlik «sería marcar de hecho el fin de la alianza turco-estadounidense». «Sin embargo —añadió—, mantenerlas allí sería perpetuar una vulnerabilidad nuclear que debería haberse eliminado hace años».
Hace solo un mes, el presidente Erdogan reivindicó sus propias ambiciones nucleares. El dirigente dijo hablando con sus partidarios que «no puede aceptar» las normas que impiden que Turquía posea armas nucleares propias. Erdogan afirmó que «no hay una nación desarrollada en el mundo que no las tenga».
El secretario de Defensa de EE.UU., Mark Esper, prometió visitar próximamente Bruselas para presionar a los aliados de la OTAN «para que tomen medidas diplomáticas y económicas colectivas e individuales en respuesta a las atroces acciones turcas» en Siria. Calificó de «innecesaria e impulsiva» la operación del Ejército turco contra las milicias kurdas.
«Turquía va a tener muchos problemas si quiere controlar todo el territorio que tenían los kurdos», opina el experto en geopolítica Fernando Moragón. Explica en declaraciones a RT que ello desplazaría la frontera hasta el río Éufrates y «la jugada le puede salir a Turquía bastante mal», mientras que Siria puede volverse «fortalecida» por las tensiones en curso.