Galenos del principal nosocomio altomirandino advierten sobre un incremento «fuera de lo común» del deceso de infantes, presuntamente por hemorragias digestivas
«Exigimos se investigue lo que está ocurriendo», pedía la mañana de este jueves Nancy Marques, madre de una joven parturienta, cuyo bebé murió por hemorragia digestiva en el Hospital Victorino Santaella de Los Teques.
Asegura que su caso no es el único registrado esta semana, «conozco ya a cuatro madres cuyos hijos fallecieron y a los que le dan la misma razón de muerte», agregaba visiblemente molesta.
Un estudiante de medicina de la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV) confirmó la denuncia y cifró el número de fallecimiento de niños en unos 20 en las últimas semanas.
«Es una cifra verdaderamente alarmante», dijo el futuro galeno, quien pidió el anonimato por no estar autorizado para declarar.
Explicó que el trastorno, que es una emergencia médica, se refiere a cualquier sangrado que se origine en el tubo digestivo, que se extiende desde el esófago hasta el ano.
Acota que a nivel mundial uno de cada 10 pacientes muere como resultado de la hemorragia, en parte debido a que los médicos no saben cómo diagnosticarla y tratarla, en particular en los pacientes que llegan a la sala de emergencias en la noche o durante el fin de semana, «pero la cifras de 20 en una semana es realmente preocupante», dijo.
Los tratamientos para controlar una hemorragia digestiva aguda incluyen la endoscopía, radiografías y cirugía para detener el sangrado y salvar la vida, «en el HVS tenemos muchas carencias que limitan aplicar estos tratamientos. Carecemos de endoscopías, los tratamientos de radiología intervencionista están incluso menos disponibles».
La hemorragia gastrointestinal, que puede ocurrir en el esófago, estómago, intestino delgado, intestino grueso, recto y ano, no es una enfermedad sino el síntoma de alguna enfermedad.
Daniel Murolo