Una turista realizó una visita a una atracción turística en Edimburgo, Escocia, que resultó «transformadora»: le ayudó a descubrir que tenía cáncer.
Bal Gill, de 41 años, asistió a Camera Obscura and World of Illusions con su familia en mayo. Cuando entró en una sala con cámaras térmicas, notó que su seno izquierdo aparecía en las imágenes con un color diferente.
Al regresar a casa, consultó a un médico. Este le confirmó que tenía un tumor en etapa temprana. Gill se enteró así de que los oncólogos pueden utilizar estas cámaras térmicas como herramienta de diagnóstico.
La termografía es un examen no invasivo que usa una cámara especial para medir la temperatura de la piel en la superficie del seno.
A medida que las células cancerosas crecen y se multiplican muy rápidamente, el flujo sanguíneo y el metabolismo son más altos en un tumor, lo que aumenta la temperatura en esta región.