La petrolera Exxon ha sido sentada en el banquillo de los acusados una vez que el Estado de Nueva York la acusa de mentir a sus accionistas y al público sobre el impacto de sus actividades en el cambio climático Han pasado cuatro años de batalla legal, una larga investigación, resumidas en millones de páginas de documentos, que concluyen en momento histórico para la lucha judicial contra la crisis climática. Exxon es una de las empresas a las que los activistas colocan en el ojo del huracán por sus supuestas maniobras para engañar a la sociedad sobre las causas y las consecuencias del calentamiento global.
El activismo ambiental considera el caso de Nueva York como la avanzada de un cumulo de demandas que esperan juicio destinadas a hacer responsables a las compañías de combustibles fósiles del cambio climático.
Hay más de mil demandas climáticas presentadas en EE UU. Nueve ciudades y condados, entre ellos San Francisco y la ciudad de Nueva York, Después de tres años de investigaciones, el Estado de Massachusetts se ha querellado también contra Exxon; acusa a la compañía de engañar durante décadas a los inversores y a los consumidores sobre el papel de los combustibles fósiles en el cambio climático.
- Un estudio presentado revela las artimañas empleadas por las petroleras, Exxon incluida. El estudio realizadoacusa a las empresas de emplear tácticas –como falsos expertos o teorías de la conspiración– similares a las que usaron las tabaqueras para intentar desvincular el cáncer de los cigarrillos.
Se demanda a estas empresas para pedir responsabilidades por los daños causados y por informaciones engañosas.
En el juicio de Nueva York la Fiscalía emplea esa última vía y acusa a Exxon de llevar una contabilidad secreta que subestimaba los costes de la regulación medioambiental, mientras aseguraba públicamente que sí tenía en cuenta esos factores. La demanda apela a una ley estatal que se ha utilizado históricamente para perseguir el fraude financiero. La compañía comunicaba a los inversores, según la Fiscalía, que había evaluado correctamente el impacto de regulaciones climáticas futuras en sus operaciones, pero, en realidad, lo minimizaba. “La ley dice que Exxon no puede engañar a sus inversores”, dijo en el juicio Kevin Wallace, de la Fiscalía de Nueva York