BEIRUT. El Primer Ministro libanés Saad al-Hariri anunció el martes la dimisión de su gobierno en el decimotercer día de una protesta popular inédita en el Líbano, que reclama la salida de toda la clase política.
Su mensaje fue acogido con vivas y aplausos de la muchedumbre, que lo escuchó en directo desde varios lugares de concentración. Inmediatamente se lanzaron fuegos artificiales en Beirut, mientras coches recorrían la ciudad haciendo sonar sus bocinas en señal de victoria, informó la AFP.
Hariri, de 49 años, dijo que se dirigía al palacio presidencial de Baabda para presentar su renuncia “ante la voluntad de muchos libaneses que han salido a la calle para exigir el cambio”.
En un breve discurso televisivo, hizo un llamado a “todos los libaneses para que den prioridad al interés del Líbano (…) para proteger la paz civil e impedir cualquier deterioro de la situación económica”.
Situación tensa
Tras una revuelta popular inédita los manifestantes lograron su objetivo. Pero la ira del pueblo se dirige más globalmente al conjunto de la clase política, considerada unánimemente como incompetente y corrupta.
“El primer ministro (Saad) Hariri acaba de dimitir, lo que hace la crisis aún más grave”, dijo por su parte Jean Yves le Drian al parlamento francés poco después del anuncio. Según la prensa, las capitales occidentales, especialmente París y Washington, habían pedido a Hariri que permaneciera en su puesto en nombre de la estabilidad.