La ciudad brasileña de Porto Velho fue sacudida la semana pasada por el terrible asesinato a sangre fría de Fabiana Santana, de 23 años, quien estaba embarazada de 8 meses. La homicida resultó ser su hermana menor, de 13 años, que también mató a un hijo de 7 años de Fabiana, Gustavo Henrique Pires Maciel, quien fue testigo de los hechos. Su tía lo tiró a un lago cercano —el niño no sabía nadar— y apedreó hasta la muerte.
La niña atacó a su hermana mayor con una barra de hierro y luego, mientras aún permanecía viva, le abrió el vientre con un cuchillo para sacarle el bebé. Contó para ello con la ayuda de un cómplice de 15 años, cuya madre quería enriquecerse valiéndose de un recién nacido, reportan medios locales citados por www.actualidad.rt.com este 29 de octubre.
“La mujer, Katia Barros Rabelo, de 34 años, no participó en el crimen, pero sí en la elaboración del cruel plan. Durante ocho meses había simulado un embarazo para engañar a un hombre adinerado con el que salía, en la intención de luego presentar como suyo un bebé robado y así dejar atrás la pobreza”, señala el medio informativo.
El bebé sobrevivió, pesa 1,8 kilos y está bajo observación de los médicos. Según reporta Rondoniagora, fue hallado en la casa donde vivía el hijo de Katia.
El cuerpo de Fabiana fue encontrado por su padre el lunes 21 de octubre. Al día siguiente, la Policía arrestó a la hermana menor y su amigo de 15 años, y el 23 de octubre detuvieron a la madre del adolescente.