Germán Machado, capellán del Cementerio General del Sur: “Acá llegan personas que traen el ataúd en una camioneta ‘pickup’ e incluso escaparates reformados como urnas por no tener recursos”
La crisis económica que atraviesa el país impidió a mucha gente cumplir con la tradición del Día de los Muertos, este sábado 2 de noviembre. El encarecimiento de ramos de flores y el mantenimiento de tumbas no entra en las prioridades de quienes deben conformarse con orar por el descanso eterno de hijos, madres, esposos y amigos; muchos solo pueden costear los 2 mil o 5 mil bolívares para que el nombre de su difunto se escuche en la eucaristía.
El capellán del Cementerio General del Sur, Germán Machado, aseguró que el día de muertos, a pesar de tener importancia en la fe y en cada una de las familias que han perdido familiares, se ve afectado por la crisis. La inseguridad en el campo santo, la deficiencia en el transporte público y el no poder pagar un servicio fúnebre lo han convertido en testigo de cosas insólitas. “Acá llegan personas que traen el ataúd en una camioneta ‘pickup’ e incluso escaparates reformados como urnas por no tener recursos. En Venezuela volvió la costumbre de velar a los difuntos en las casas por la crisis económica”.
Sentada en el panteón familiar estaba este sábado Miriam Díaz, quien vive en el 23 de Enero y visita cada quince días la tumba donde yacen su esposo, hijos y padres. De fondo, dos ramitos pequeños de claveles, crisantemos y follaje que le costaron 25 mil bolívares. “Cada año es lo mismo. Los vendedores especulan con los precios, pero ya estamos acostumbrados”.
Esta caraqueña también se quejó de la falta de mantenimiento en el cementerio más antiguo de la capital, que hoy exhibe la huella del despojo y la desidia. “Ni en el día de los muertos lo pudieron limpiar. Está sucio. Aquí, además, profanan muchas tumbas. Es una sinvergüenzura, porque ahí mismo está la oficina, me van a decir que no se dan cuenta”.
La Alcaldía de Caracas colocó en toda la entrada del campo santo un tanque de agua para quienes deseaban llenar recipientes y llevar el líquido hasta el sitio donde reposan los cuerpos de sus seres queridos. Quienes lograron comprar algún arreglo floral, lo colocaron en botellas cortadas como floreros para no pasar por alto este día.
En las floristerías cercanas al cementerio, un ramo pequeño de flores, como margaritas o clavales, puede costar entre 10 mil y 50 mil bolívares, dependiendo del tipo. Si incluye rosas puede sobrepasar los 80, 110 y 150 mil bolívares. “Todo depende del tipo de flor y el bolsillo de la gente”, explica Olga Do Nascimento, quien es comerciante desde hace más de 15 años. Tiene su local frente al Cementerio General del Sur y dice que, comparado a otros años, ha mermado la afluencia no solo por los altos costos, sino también por la inseguridad dentro y fuera del lugar.
Vale decir que el vallenato y otros ritmos acompañaron a la gente este sábado en el cementerio. El entierro de dos personas aumentó el bullicio y la ingesta de alcohol. Prácticas, por cierto, que algunas abuelitas criticaron, asegurando que el respeto a los muertos se basa en la oración y la añoranza y no en el vicio o la música. Para el capellán encargado de realizar las ceremonias religiosas, esto es una práctica que tergiversa la partida física de las personas.
En el Cementerio del Este, el escenario fue un poco más calmado. Algunos visitantes solo manifestaron que han soldado y asegurado lápidas y piezas de materiales costosos, para evitar el hurto.
El costo de los ramos osciló en esta zona entre 35 y 180 mil bolívares. Los más elaborados costaban 350 mil o más.
Esteninf Olivarez/Caraota Digital