Desde que Evo Morales llegó al poder en 2006, el Gobierno cubano fue uno de sus más firmes aliados en la región. Bajo la presidencia de Morales, ambos países firmaron diversos acuerdos de colaboración médica y en otras esferas que posibilitaron el trabajo de miles de cooperantes cubanos en tierras bolivianas en los últimos años. La Habana consideró lo sucedido en Bolivia el pasado 10 de noviembre un “golpe de Estado”, y se sabía que las relaciones entre ambos países se deteriorarían con las nuevas autoridades, aunque nadie pudo prever que los acontecimientos se desarrollarían tan rápido.
La retirada de los médicos del país andino se produce pocos días después de que Ecuador, bajo la presidencia de Lenin Moreno, decidiera cancelar los contratos a 400 médicos cubanos. Hace poco más de un año fue el Brasil de Bolsonaro el que terminó con la colaboración médica cubana por diferencias políticas, lo que provocó el regreso de 8.000 profesionales de la salud a la isla. El Ministerio cubano de Salud, a raíz de la cancelación por Ecuador del programa de colaboración médica con similares argumentos a los de las nuevas autoridades de Bolivia, culpó a Estados Unidos de intentar “sabotear” y “desacreditar” el prestigio de la cooperación médica cubana en Latinoamérica.