Un cura identificado como Michele Mottola, abuso sexualmente de una niña italiana durante cinco meses. La menor decidió grabar uno de los actos para poder hacer entender a los adultos que el hecho era una realidad.
A su vez, la niña tenia un íntima en el que detallaba cada uno de los abusos. Mottola, en el vídeo decía «es solo un juego, no hacemos nada malo».
La familia de la menor, recopiló todas las pruebas y las mostró al obispo, quien suspendió a Mottola de dar la misa públicamente.
Luego de investigaciones, el sacerdote fue arrestado y confeso sus delitos a la Fiscalía del Norte Nápoles.