Cierran un convento de Toscana, Italia, debido a que la Madre Superiora, Marìa Teresa Saccente de 40 años, debe abandonar sus hábitos por mantener una relación sentimental.
El obispo de Arezzo, Ricardo Fontana, confirmó también que la superiora tuvo que dejar el velo y los votos religiosos: «Yo no tengo nada que ver, ha intervenido la Santa Sede y todo se acabó», afirmó.
El cierre se hizo inevitable porque en el convento solo quedaban una monja de 80 años de edad y dos novicias. Muy pocas manos para hacer frente a una gestión compleja del espacio religioso.
Quienes acudían al monasterio de San Bernardo Tolomei reconocen que nunca se había visto semejante entusiasmo, porque el convento había renacido.En el municipio de Sansepolcro se lamenta ya su cierre, como reconoce el alcalde Mauro Cornioli: «El pueblo echará en falta este lugar espiritual y su espacio de acogida».