La oficina del Vaticano que investiga los posibles abusos sexuales de parte de sacerdotes recibió 1.000 denuncias de todo el mundo este año y todavía no han llegado las de algunas regiones.
La Congregación para la Doctrina de la Fe está desbordada y su escaso personal no da abasto para manejar semejante volumen de denuncias, que es cuatro veces el de hace una década.
“Tenemos un tsunami de causas en estos momentos, sobre todo de países de los que nunca habíamos recibido nada”, expresó monseñor John Kennedy, director de la sección disciplinaria de la congregación, que es la que procesa esas causas.