Con la pobreza como marco, las aceras de la calle 2-A y la avenida principal de La Urbina ya no sirven para transitar, pues se han convertido en depósitos de basura que se acumula por días, creando un panorama de contaminación e insalubridad. Los más excluidos buscan entre los vertederos improvisados en las vías, algo qué comer.