En junio comenzaron los trabajos de recuperación del sector, del cual se culminó, a medias, un kilómetro del tramo a principios de diciembre. El resto, poco más de 300 metros, está desmantelado y lleno de escombros
A casi seis meses de iniciados los trabajos de rehabilitación del paseo Los Ilustres, todo el tramo está a medio terminar. Más de 300 metros de la icónica caminería están desmantelados, con las jardineras destruidas, lleno de escombros y con los bancos de concreto arrumados.
El resto del eje peatonal, ubicado en la parroquia San Pedro de Caracas, no posee la cerámica desde el pasado mes de junio. Desde su proyección fue uno de los bulevares con los que se emprendió la transformación urbana de la ciudad a finales de la década de 1950
La obra, cuya entrega se prometió para las festividades navideñas, no tiene fecha de culminación. No obstante, buena parte de la isla central, de casi un kilómetro, fue reinaugurada el pasado 4 de diciembre. En esa fecha se realizó el encendido de luces que abarca desde el Parque Bimbolandia hasta el Paseo Los Próceres.
Solo luces
Durante el evento, que encabezaron el ministro de Comunicación e Información, Jorge Rodríguez, y la jefa de gobierno del Distrito Capital, Carolina Cestari, se insistió que solo se haría el encendido de luces. La instalación de la iluminación consistió en tres kilómetros de bombillos con motivos navideños que cubren los árboles y adornan el paso hasta Los Próceres.
Cinco obreros de la Misión Venezuela Bella, a cargo de la reconstrucción, continúan los trabajos sin saber cuándo culminarán. La reconstrucción se paralizó en agosto y reinició en octubre por falta de material, aseguró uno de los trabajadores.
La recuperación incluyó la sustitución de la iluminación para ahorrar energía y la siembra de 10 plantas, como informó Cestari en el acto de encendido. Hasta el momento no se conoce el monto de la inversión, ni la fecha de culminación del trayecto que comunica al paseo Los Próceres con la Plaza Los Símbolos.
Daño patrimonial
Esta rehabilitación es la tercera que se ejecuta en menos de seis años. La anterior se completó hace menos de tres años e implicó la remoción de los adoquines vitrificados originales. Pese a que por décadas fueron el sello distintivo del lugar, por cerámica para piscinas, denunció Hannia Gómez, lo cual violó el artículo 32 de la Ley de Protección y Defensa del Patrimonio Cultural, pues se desconoce si la modificación fue autorizada por el Instituto de Patrimonio Cultural.
Gómez alertó que estos constantes cambios, en los que se irrespeta la concepción original de la pieza arquitectónica, representan un daño patrimonial difícil de revertir. En esta ocasión la calzada, que integra la isla central se reemplazó completamente por concreto, intercalado con paneles de mármol gris. Con esto se eliminó el emblemático color azul celeste de la acera.
“Se ha desvirtuado el concepto original, al no respetar el diseño y realizar las tareas sin supervisión especializada en patrimonio. Este espacio ameritaba un mantenimiento, no una remodelación”, cuestionó.