Andrés José Manzano Carrero, de 16 años, fue la víctima fatal. Otras tres personas resultaron heridas y fueron llevadas al hospital Miguel Pérez Carreño
Andrés José Manzano Carrero, de 16 años de edad, fue asesinado de un tiro en el pecho la mañana del pasado lunes 6 de enero, cuando se encontraba en una unidad de transporte público que lo llevaría de su casa en Ruiz Pineda, con dirección a Plaza Venezuela.
El adolescente residía en el bloque 9, sector UB9 en Ruiz Pineda, y según parientes, esa mañana realizaría unas compras. Cuando la camioneta de pasajeros inició el trayecto, dos hombres que viajaban como usuarios, sacaron armas de fuego y, bajo amenaza de muerte, obligaron a las personas a entregar sus pertenencias de valor.
En medio del hecho, las mujeres comenzaron a gritar y los delincuentes dispararon. Tres personas resultaron heridas y fueron llevadas al hospital Miguel Pérez Carreño, mientras que el joven murió en el asiento.
José Manzano, padre del menor de sus seis hijos, relató este martes 7 de enero a la prensa que se enteró del hecho porque un vecino del edificio donde reside viajaba en ese transporte público y lo llamó para anunciarle la trágica noticia.
Otros parientes del menor de edad acudieron al hospital Miguel Pérez Carreño a fin de hablar con los heridos y concretar detalles del cómo se registró el suceso.
Entre los familiares de la víctima, un exfuncionario de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) que no quiso identificarse, explicó a la prensa que entre los heridos –un señor de 60 años de edad, con un tiro en la mano-, dijo que en el autobús se había generado un tiroteo. “Es decir, una tercera persona que iba de pasajero respondió a los tiros de los delincuentes y por ello el resultado que nos enluta hoy como familia”.
Hasta ahora se desconoce la identidad y el paradero de los hombres armados y de esa otra persona que disparó contra ellos.
Andrés José Manzano Carrero cursaba sexto grado de noche, bajo la modalidad de estudios para adultos, en la Unidad Educativa Claudio Feliciano, ubicada en Las Adjuntas, parroquia Macarao. En el día, vendía productos de la cesta básica, cerca de su zona de residencia.
Rosibel Cristina González/El Pitazo