La falta de personal, equipos e insumos obligó a que la unidad de cardiología y hemodinamia quedara fuera de servicio. Desde la inauguración del hospital, en 1936, este es el primer servicio que cierra de forma indefinida
Un letrero hecho a mano con la inscripción “No hay citas” es el epitafio que confirma la consumación del cierre técnico del servicio de cardiología y hemodinamia del Hospital de Niños José Manuel de los Ríos.
En el aviso, pegado en la puerta del departamento, se asegura que la clausura es hasta “próximo aviso” y debido a “equipos dañados”. No obstante, el jefe del área, Federico Borges, reiteró que la suspensión indefinida del funcionamiento se debe a más de 10 años de fallas en el mantenimiento.
A esa deficiencia, agravada por las irregularidades en la dotación de insumos, se sumó en diciembre la falta absoluta de personal. Estas denuncias hechas desde hace cinco años y reiteradas por Borges en noviembre no fueron escuchadas. La interrupción no tiene vuelta atrás.
“No hay forma técnica ni humana para mantener abierto el servicio. Fue un cierre que se anunció, se denunció y no atendieron. Ahora no solo faltan equipos o insumos, sino que ya no hay médicos ni enfermeras. Ese aspecto es irreemplazable”, lamentó.
El área es el primer servicio que cierra por tiempo indeterminado desde el 25 de diciembre de 1936. En esa fecha, el presidente, general Eleazar López Contreras, inauguró el centro de salud bajo el nombre de Hospital de Niños de Caracas.
Esa primera sede se construyó en la esquina de Pirineos en Cotiza, al oeste de Caracas, donde actualmente funciona el Banco Municipal de Sangre.
Cierre histórico
Las enfermedades cardiológicas fueron de las primeras especialidades que se atendieron en el establecimiento pediátrico desde su inauguración. Este hito lo convirtió en un centro de referencia nacional de diversas cardiopatías, sostuvo el doctor Borges.
El cardiólogo, con más de 30 años de experiencia, hizo un breve repaso por la historia del servicio, antes de enumerar las causas que lo llevaron a convertirse en un espacio abandonado. “Pasamos de hacer más de 300 intervenciones para la instalación de catéteres anualmente en el año 2008, a cero en los últimos cinco años. De 16 camas arquitectónicas con la que se inauguró esta sede actualmente ninguna está operativa. Es una pérdida total”, concluyó.
Borges recordó que el departamento se mantenía operativo a menos de 20 % de su capacidad instalada desde 2014. En ese año se paralizaron las intervenciones de cateterismo y la unidad solo se dedicó al diagnóstico en la consulta externa.
La primera semana de diciembre se graduó la última cohorte de médicos residentes del posgrado de Cardiología. A partir de ahí nada más faltaba para completar el cierre técnico.
Innovación y servicio
A mediados de la década de 1930, el posteriormente emblemático hospital de niños se construyó como un anexo del hospital Dr. José María Vargas de Caracas.
El progresivo crecimiento de la población justificó su separación y adecuación como centro de atención de especialidades pediátricas. Gracias a este proyecto se le confirieron presupuesto, equipos, personal y administración propia.
El crecimiento y evolución del J. M. de los Ríos avanzó a la par del desarrollo científico. En 1955 en un antiguo quirófano de Cotiza se atendió el primer caso pediátrico de cirugía cardiovascular hecha en Venezuela, relató José Garibaldi Soto, médico del área de Medicina II.
Luego, en 1958, con la mudanza a su sede actual, localizada en San Bernardino al noroeste de Caracas, se dotó de un moderno laboratorio de hemodinamia. Gracias a esto se consolidó el área quirúrgica con la puesta en funcionamiento de novedosos equipos de ecocardiografía.
Jesús Barreto A./El Pitazo