Los juegos de azar tienen un gran peso en la economía de Latinoamérica. Aunque los casinos físicos, las salas de bingo y las máquinas tragamonedas disponen de una regulación desde 1997 en Venezuela, la Ley N.º 36.259 del año 1997, aplicada por la Comisión Nacional de Casinos (CNC), las licencias no son fáciles de conseguir. Para que una de ellas sea expedida por el CNC, el casino debe cumplir una serie requisitos, como, por ejemplo, que el casino se encuentre en una zona declarada como turística por el gobierno o estar localizado en un hotel de 5 estrellas que disponga de más de 200 habitaciones. Además, a esto hay que sumarle el pago de una gran cantidad de impuestos, por lo que muchos de los casinos existentes han tenido que cerrar.
En cuanto al juego en línea, por el momento, no existe ninguna regulación. Esto supone ventajas y desventajas para los habitantes de este país, que pueden acceder a cualquier casa de apuestas en línea tanto nacional como internacional, sin disponer de una regulación legal. Aunque, en base a los datos recogidos en años anteriores, las páginas más visitadas y populares entre los amantes de estos juegos son aquellas reconocidas internacionalmente, como es JackpotCity Casino. Además, no debemos olvidar que muchos el país está pasando por una época de conflictos tanto sociales como económicos que están afectando a este tipo de negocios, que han tenido que cerrar sus puertas dado el incremento de los impuestos que también se ha experimentado. Esto ha hecho que muchos de los habituales de estos lugares hayan pasado a jugar de manera virtual. Esto conlleva una expansión del mercado, que no solo está abierto a Latinoamérica sino también al resto del mundo. Cabe destacar que países como Colombia, por ejemplo, regularon esta actividad en el 2007, por lo que es probable que otros lo hagan en un futuro próximo.
Nos encontramos en una sociedad en la que el acceso a internet está al alcance de todos. Gracias a la expansión de la red y la tecnología en general, una gran mayoría de los ciudadanos tienen acceso a al menos un dispositivo (móvil, tableta, ordenador, etc). Por ello, la expansión del juego en línea es un hecho que, además, se está viendo impulsado, en cierto modo, por la falta de regulación y el libre acceso. No obstante, hay quien sigue prefiriendo acudir al sitio físico, ya que eso permite relacionarse con otros jugadores, aunque cada vez sean menos los casinos que siguen abiertos en estos países. Lo que sí está claro es que esta actividad tiene, en estos momentos, un peso importante para la economía del continente.
Nota de prensa