En el centro materno no hay lo indispensable para realizar exámenes a recién nacidos ni para garantizar la higiene, denunciaron familiares de pacientes
Tres años han transcurrido desde que se agudizó el problema de filtraciones en los techos de varias áreas de la Maternidad Concepción Palacios. En ese tiempo, las denuncias han seguido, pero el problema se ha extendido.
La avería de los ductos de los maltrechos aires acondicionados ocasionaron una incesante gotera en el piso 8 del centro de salud desde octubre. Esta denuncia fue hecha por familiares de pacientes que fueron atendidas en los últimos días del pasado mes de diciembre.
“El agua cae todo el día y ya por esa parte no se puede pasar. Es un peligro, pero nadie lo repara. Las enfermeras dicen que en el piso de hospitalización hay una gotera que ya va a cumplir cuatro años y nunca la repararon”, aseguró Sonia Villalobos, madre de una paciente recién dada a luz.
En el piso 8 está ubicado el servicio de atención a las embarazadas con patologías críticas o de riesgo en el embarazo, como alteraciones cardíacas. Ese nivel, junto al piso 7, desde hace nueve años funciona la anterior Misión Niño Jesús, que dio paso al llamado Plan de parto humanizado.
En esa ocasión, para su incorporación a la Misión Niño Jesús el área fue reacondicionada. La obra fue entregada en septiembre de 2010 por la exministra de Salud, Antonieta Caporales, entonces directora de la Maternidad.
Talón de Aquiles
Las filtraciones, y las dificultades para la higiene y seguridad que causan, no son el único problema. Desde el pasado mes de octubre en el establecimiento ubicado en la parroquia San Juan, al oeste de Caracas, no hay reactivos para hacer exámenes de ningún tipo.
“A mi nieta había que hacerle un examen de sangre porque nació prematura y no se lo pudieron hacer. Tratamos de conseguirlo, pero no hay en ninguna parte”, contó Luisa Ascanio, tía de una parturienta.
Una fuente del centro materno, consultada por El Pitazo bajo la condición del anonimato, confirmó que en los laboratorios no poseen ni lo mínimo para realizar la llamada “prueba del talón”.
El estudio se debe realizar en las primeras 48 horas después del alumbramiento y sirve para detectar enfermedades endocrino metabólicas congénitas que no son tan comunes.
Entre los trastornos que esta prueba puede ayudar a diagnosticar están el hipotiroidismo, que se caracteriza por la secreción insuficiente de hormonas tiroideas. Además de la hiperplasia suprarrenal, un trastorno de las glándulas suprarrenales y las hemoglobinopatías, que altera la producción de hemoglobina.
En la mayoría de países es una prueba rutinaria. Para realizarla se requiere de un papel tamiz especial, conocido como tarjeta de Guthrie. Desde 2017 el insumo es dotado de forma irregular por el Ministerio de Salud mediante el Instituto Nacional de Higiene, reveló el informante.
Parir de todo
La escasez de insumos para el diagnóstico es general. En la misma situación se encuentra el abastecimiento de materiales de limpieza. La higiene del lugar depende de los familiares de las hospitalizadas a quienes se les pide una colaboración.
En muchos casos, si se quiere mejorar la asepsia, el trabajo de limpieza lo deben hacer los acompañantes de las parturientas, recalcaron madres de las pacientes.
“Nos ponen a parir de todo para poder atender a las muchachas. Los baños son un asco. El agua viene poco. Todo eso es grave porque se pone en peligro la salud de las mujeres después del parto. Una etapa tan delicada”, alertó Hilda Guevara, suegra de otra joven recién estrenada como madre.
Sin garantías mínimas de higiene, diagnóstico para neonatos y áreas acordes para un parto digno, trabajadores y pacientes esperan que este año se priorice una verdadera atención humanizada, más allá de la propaganda.
Jesús Barreto A./El Pitazo