Rigoberto Castillo, de 47 años de edad, regresaba a su casa en Catia, luego de visitar a su madre. Pero fue interceptado por unos sujetos que, al resistir el atraco, le metieron 20 puñaladas
El obrero del Puerto de La Guaira, Rigoberto Castillo, de 47 años de edad, fue asesinado de 20 puñaladas por no dejarse robar los 1.200 bolívares de su salario. El hecho ocurrió este sábado a las 2 de la madrugada, en la calle La Fila, de Los Magallanes de Catia, oeste de Caracas.
Castillo vivía en la misma zona y regresaba a su hogar, después de visitar a su madre, cuando le salieron al paso para asaltarlo, pero se enfrentó con sus agresores y no permitió que le quitaran el dinero. Le dieron una puñalada 6 puñaladas en el pecho, una en el cuello que le perforó la aorta y las demás en la espalda.
Isabel Castillo dijo que su hermano era conocido y querido en el vecindario. Era casado, padre de dos hijos y miembro de una familia de 14 hermanos.
Unos vecinos fueron a avisarles que a Rigoberto le habían dado una puñalada. Cuando llegaron estaba muerto y presentaba múltiples heridas por arma blanca. Una comisión de la Policía Nacional Bolivariana trasladó el cuerpo al hospital de Lídice, donde certificaron el deceso.
A las 4 de la madrugada lo llevaron a la morgue. Sus familiares dijeron que «hay demasiada inseguridad. Este problema se le escapó de las manos al gobierno. Creo que deberían tomar otro tipo de medidas».
Sin embargo reconocen que hay presencia policial porque Rigoberto tenía apenas 15 minutos tirado en el piso cuando llegó la PNB.
Castillo fue una de las 119 víctimas ingresadas a la morgue en lo que va del mes de diciembre. De viernes a sábado llevaron 12 cuerpos.
Asesinan a adolescente
Otra víctima de la violencia fue el adolescente Maikel Jesús Muñoz Paiva (17). Un expresidiario lo mató de una puñalada en el tórax, por haber osado enfrentarlo durante una discusión, en la sexta calle de Hornos de Cal, San Agustín del Sur.
Muñoz Paiva regresaba de visitar a su abuela, el viernes en la tarde, cuando se encontró con el sujeto, ampliamente conocido por los vecinos. Se trata de Junior Eduardo Hernández (29), quien cumplió condena en El Rodeo I y salió de prisión en el año 2010. Ahora se mantiene en fuga tras quitarle la vida al adolescente.
Los vecinos llevaron al muchacho al Hospital Clínico Universitario, donde certificaron el deceso.
Era obrero de la construcción y dejó un bebé de mes y medio de nacido.
Sus parientes se mostraron resignados y piden «lo mismo que piden todos: justicia. Si matan a un funcionario a cada momento, a diario los agreden y les quitan las armas, que se espera para los demás? Es el pan de cada día».