No fue el exnovio de la venezolana el que la mató en Canta, Perú. La mujer de 27 años había desaparecido el lunes 30 de diciembre y fue hallada muerta la semana pasada en una quebrada. Presentó un balazo en la cabeza y su cadáver fue reconocido el 8 de enero por el tío y una prima en la morgue de Lima.
Lyzmar Rodríguez fue a trabajar el último lunes de diciembre pasado en casa de un septuagenario, a quien cuidaba.
Pues, Cosme Rafael Villegas Peña, su empleador, mintió siempre. Dijo a la prensa de su país que le dio permiso a Lyzmar, quien había pedido ausentarse del apartamento por una hora.
El septuagenario dijo que al ver que la mujer no volvía denunció el martes 31-D la desaparición ante la Policía y el Min-Trabajo. La prensa de ese país dice que Cosme Villegas Peña permitió a los familiares de Lyzmar ingresar a su habitación para buscar sus pertenencias.
Cosme mintió. No pudo sostener más el testimonio. El confesó ante la Policía Nacional que asesinó a la venezolana Lizmar Hernández Farías (27) el 30 de diciembre. Ella lo cuidaba en un edificio en San Borja, desde hacía unos 5 meses.
El programa Punto Final indicó que Villegas Peña llevó a la venezolana hasta Canta en su vehículo y que simuló una falla mecánica para que ella bajara. Segundos después, le disparó en la cabeza por detrás.
En diariocorreo.pe se informa que ante el interrogatorio de la Policía terminó por admitir el crimen. Los agentes encontraron a Villegas Peña un arma cuyos casquillos son analizados para determinar si fue usado en el homicidio. En el reportaje se señala que el hombre perpetró el asesinato porque ella presuntamente le habría robado dinero y que lo trababa mal.
Lyzmar vivía en Lima con un tío y una prima
Según el resultado de la necropsia, Lizmar murió por “contusión y laceración encefálica” y “traumatismo craneoencefálico”, ocasionado por una bala en la nuca. “Un caso dramático”. Así lo describió un agente de la División de Homicidios encargado de las investigaciones, publicó larepublica.pe.
José Gregorio Farías había dicho, la pasada semana, que su sobrina desapareció después salir del departamento de un edificio de San Borja, donde trabajaba cuidando al septuagenario.
Dijo que la última vez que vio a Lizmar fue cuando tomó un tren de la Línea 1 del Metro de Lima, tras encontrarse con ella y unos amigos en un centro comercial de San Juan de Miraflores. Incluso, señaló que ella le confirmó que llegó bien a su centro de labores.
En el noticiero 24 Horas señalaron que Lizmar llegó a Perú hacía 8 meses.
La víctima era valenciana y vivía en el barrio El Prado, de donde viajó para Perú en busca de un mejor futuro, agregó El Carabobeño.