Las autoridades del Ministerio de Educación hicieron caso omiso nuevamente. Este jueves tampoco atendieron a los docentes que se apostaron a las afueras de la institución para exigir mejoras salariales
Después de conmemorar el Día del Maestro con protestas en todas las plazas Bolívar del país, un grupo de docentes optó por ir nuevamente al Ministerio de Educación para exigir mejoras salariales y laborales.
Antes del mediodía de este jueves 16 de enero, profesores y trabajadores del sector educativo en Caracas se unieron con el fin de seguir exigiendo soluciones al gobierno del presidente Nicolás Maduro para recuperar el poder adquisitivo, en medio de la hiperinflación económica que enfrenta Venezuela.
Aunque la crisis del sector educativo comenzó hace una década, Griselda Sánchez, representante del Sindicato Venezolano de Maestros, asegura que desde que comenzó la gestión de Aristóbulo Istúriz, en septiembre de 2018, las condiciones laborales se agravaron.
Además, entre 2018 y 2019, el ministro canceló 32 convocatorias a reuniones e ignoró 29 comunicados conciliatorios; por lo cual los más de 100 sindicatos del gremio decidieron no dialogar con las autoridades.
Durante todo el transcurso de 2019, los profesores hicieron reclamos constantes a Maduro por los bajos salarios que estos reciben por educar al futuro del país, pero nunca fueron atendidas sus quejas.
Heces y orina
“¡Se cagaron en el palo; viva la revolución!”, gritó un hombre que vestía una franela amarilla con una estampa de los ojos de Hugo Chávez y, encima, una chaqueta negra. Se rió con estruendo. Usó la expresión caraqueña para indicar que los docentes que protestaban frente a la Plaza Bolívar, en la parroquia Catedral, huyeron con el miedo marcado en las caras, luego de que un grupo afecto al gobierno del presidente Nicolás Maduro los atacara.
El pasado miércoles, cerca de 50 educadores de la región central, acompañados por miembros de la sociedad civil y estudiantes, se concentraron afuera de la Catedral de Caracas para insistir en lo que exigen desde que comenzó el período escolar, el 16 de septiembre de 2019: dolarización de los salarios; reestructuración de los planteles; reivindicación de estudiantes y docentes; cumplimiento del contrato colectivo y la destitución del ministro Aristóbulo Istúriz.
Luego de dos horas de gritar consignas, entre 20 y 30 personas, identificadas como afectos a la revolución, caminaron desde la esquina de la Cancillería hasta la de la Catedral y lanzaron un envase que contenía heces y orina sobre los docentes. Todo pareció salirse de control: los manifestantes corrían hacia la avenida Urdaneta y los agresores los perseguían, mientras les gritaban improperios; una mujer que fue ensuciada con los excrementos se detuvo a llorar; algunos trabajadores de la prensa debieron huir en motos para evitar ser golpeados.
Eran las 11:00 am del miércoles. Minutos antes, funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) habían advertido a voceros del gremio que luego de esa hora no garantizarían la integridad de los docentes. Apenas se retiraron los policías, el grupo de partidarios del gobierno apareció. No hubo mediación de ningún cuerpo de seguridad del Estado, a pesar de que entre las avenidas Universidad y Urdaneta y en los alrededores del Palacio Federal Legislativo había piquetes de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) en cada esquina.
“El ladrón eres tú”
Como parte de la manifestación, el gremio versionó el performance “Un violador es tu camino”, ideado por el grupo Las Tesis, en Chile. Al golpe del tambor, maestras y maestros cantaban: “Y la culpa no era mía que la quincena no me alcance pa’ comprar comida. Aristóbulo, el ladrón eres tú”.
El ministro no ha dado respuestas a los tres paros de 24, 48 y 72 horas que se hicieron entre septiembre y diciembre del año pasado. Por eso, los educadores insisten en activar una huelga nacional con todos los gremios y actores de la sociedad civil. Ya el 7 de enero de este año, Sánchez había asomado que prevén que la planificación de esa convocatoria sea hasta febrero.
Sánchez también precisó que el 2020 comenzó con una reducción de 40% en la nómina del personal docente. Pese a la falta de respuesta por parte del ministerio, los sindicalistas valoran que, desde el 15 de enero de 2019, el gremio se ha unido a favor de la defensa de la educación.
RECUADRO
Docentes contra docentes
Como se había planteado al inicio de la protesta, luego del ataque del grupo de violentos, casi 30 profesores llegaron hasta el Ministerio de Educación, en la parroquia Altagracia. Con la ropa mojada que emanaba el hedor de las heces, Lourdes Villarreal responsabilizó a Gloria Centeno, directora de la Unidad Educativa Nacional República de Bolivia, ubicada en La Pastora, de liderar la agresión. “Esa es una colectiva, no le importa la educación”, dijo Villarreal, quien es docente categoría IV con 15 años de servicio. Varias personas la secundaron. Incluso, una maestra propuso estar preparados para responder de igual forma a los agresores la próxima vez que algo así pase. Ella cree que no participar en las acciones de calle convocadas por el gremio también son un ataque.
Con un salario que no llega a los 10 dólares frente a una canasta básica, que supera los 200, de acuerdo con el monitoreo Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas), Lourdes Ávila no entiende por qué algunos de sus colegas son indiferentes. “Algunos tienen miedo, otras están cómodos y otros por razones políticas”, razona.
Griselda Sánchez, además, responsabilizó a Aristóbulo Istúriz de los amedrentamientos y afirmó que robaron a algunos docentes.
Al final del día, cuando se suma la agresión con la realidad del sector educativo en Venezuela, la consigna que gritaron temprano los docentes, “la educación está de luto”, parece cobrar sentido.