Desde las inmediaciones de la morgue de Bello Monte, los deudos de los fallecidos en la masacre ocurrida el pasado lunes 13 de enero en la autopista Gran Mariscal de Ayacucho, aseguraron que no pararán de alzar sus voces hasta que se haga justicia.
“No sé… yo creo que Dios está ocupado. Nos dejó solos en manos de gente que asesina sin piedad a inocentes, tipos que matan y continúan con su vida como si nada hubiese pasado; mientras tanto nosotros terminamos destrozados y con nuestro hijos muertos”, expresó con dolor uno de los familiares de las víctimas que fallecieron durante una balacera en la autopista Gran Mariscal de Ayacucho (GMA) el pasado lunes 13 de enero.
Luis Miguel Torres perdió a dos de sus hijos el día de los hechos. Armando Miguel Torres Bello y Luis Carlos Torres Bello, murieron abaleados en el supuesto enfrentamiento con funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), hecho en el cual los uniformados alegaron que estos integraban una banda de secuestrados. Para sus parientes fue un malentendido, porque aseguraron que no eran delincuentes.
“No entiendo cómo los policías dicen lo que dicen así como si nada. Vienen con el cuento de que mis hijos eran secuestradores, asesinos, delincuentes y todas esas mentiras. Yo crié a mis hijos, yo les di cariño, los llevé a la escuela, yo vivía con ellos y sé quiénes eran, sé que eran trabajadores que nunca tuvieron problemas ni con la justicia ni con nadie, y ahora los matan de esa manera”, dijo Torres.
El padre de los hermanos Bello acotó que trabajaba junto a su hijo Armando como chofer para una familia. “Yo le manejo a la señora y mi hijo Armando trasladaba al señor. También hacíamos mandados, mercado y otras diligencias, mientras que Luis Carlos laboraba en una empresa de cerámica en San Bernardino”.
Torres también detalló que si uno de sus hijos no se hubiese comprado ese carro, quizás estaría vivo, ya que él tenía una moto y la vendió para comprarse ese Ford Fiesta, que a su juicio solo sirvió para matarlo.
RECUADRO
“No solo los matan”…
“No entiendo por qué le siguen dando largas a este hecho. No Nos atienden y se tardan en darnos respuestas. Hasta los momentos no han entregado los cuerpos para hacerle su cristiana sepultura”, expresó Karina Blanco, tía de unas de las víctimas.
La mujer aseguró que su sobrino era una persona sana y que los funcionarios del Cicpc cometieron un error y asesinaron a la persona equivocada. “Nunca tuvo problemas de ningún tipo, ni drogas ni malas compañías, era un muchacho tranquilo. El día que lo asesinaron bajó al cementerio a llevarlo flores a un amigo que cumplía un año d muerto y como cosas del destino terminó asesinado con sus compañeros”, agregó Blanco.
Además, añadió que a los policías no solo les bastó con asesinarlos sino “que ahora pretenden lavarse las manos, para limpiar su reputación como cuerpo de seguridad”. Por último, ambos familiares de las víctimas aseguraron que no van a descansar hasta que se haga justicia y que los implicados sean castigados con todo el peso de la ley.