Los ciudadanos de los Estados de Colorado y Washington votaron el pasado 6 de noviembre a favor de legalizar el consumo, la producción y la venta de marihuana a los mayores de 21 años para fines recreativos. La decisión fue recibida con entusiasmo por los grupos defensores de la despenalización, que consideran la histórica decisión como un punto de ruptura en la actual estrategia de la lucha contra las drogas. Sin embargo, aún es aventurado celebrar el triunfo absoluto de estas iniciativas, que todavía están dando los primeros pasos en un camino hacia la legalización total que se antoja largo y difícil
La marihuana sigue siendo una sustancia prohibida, de acuerdo con la ley federal, que la incluye en el mismo grupo que el LSD o la heroína. Sobre el papel, las leyes de Colorado y Washington colisionarán con la legislación vigente y podrían provocar un conflicto sobre los derechos de los Estados a legislar en este ámbito y la estrategia de prohibición de las drogas defendida por la Administración. Los legisladores de ambos Estados, además, se enfrentan al reto de controlar la adquisición de cannabis por ciudadanos de territorios vecinos y de impedir que las nuevas disposiciones favorezcan el blanqueo de dinero procedente de la venta ilícita del producto.
Aunque difieren en algunos aspectos, las leyes de Colorado y Washington despenalizan la posesión de hasta una onza (28 gramos) de marihuana en los mayores de 21 años y regulan la licencia, la venta, el cultivo, la producción y la tributación sobre el producto. La primera parte de las normas, la que se ocupa de la legalización de la posesión, entró en vigor el 6 de diciembre en Washington y lo hará el 5 de enero de 2013 en Colorado. Estas disposiciones son las que, a priori, generarán menos conflicto con el Gobierno federal.
«Los Estados no están obligados a criminalizar una actividad solo porque el Gobierno federal sí lo haga», advierte en conversación telefónica Daniel Robelo, miembro de Drug Policy Alñiance, una organización que ha contribuido económicamente en las campañas a favor de la legalización en Colorado y Washington.
«La posesión de una onza de marihuana seguirá siendo ilegal conforme a la legislación federal, pero no según la estatal, de modo que las autoridades de Colorado y Washington no están obligadas a perseguir estos delitos», explica Jonathan Caoulkins, experto en políticas antidroga de la Universidad Carnegie Mellon. «Sí pueden hacerlo las distintas agencias federales o el Departamento de Justicia. La cuestión es si tienen recursos y les merece la pena destinar agentes a estos delitos menores», asegura.
Fuente.
El País / Madrid