El aumento de 2.400 % sobre el precio de los boletos no cubre el pago de los 11.000 empleados, pero sí es significativo para el ciudadano en medio de una economía fracturada
Ricardo Sansone, miembro de la asociación civil Familia Metro, aseguró que el aumento del precio del boleto del Metro de Caracas será infructuoso hasta tanto no se cuente con un sistema que permita verificar las ventas y la recaudación a diario. “Sin registro de los usuarios no se puede mejorar el sistema. No hay manera de contar lo que se vendió en un día”, explicó.
A través de su cuenta de Twitter, la compañía informó que a partir de 27 de enero el pasaje pasaría de 40 bolívares a 1.000, lo que representa un aumento de 2.400 %.
Desde hace por lo menos tres años, la organización, conformada por trabajadores de la compañía, denuncian deficiencias en el proceso de venta de los tickets. El sistema Metro está compuesto por cinco líneas divididas en 54 estaciones operativas y, hasta 2018, era utilizado a diario por casi dos millones de caraqueños, de acuerdo con el Ministerio para el Transporte.
No hay planificación
No hay forma de verificar porque en la mayoría de las taquillas de venta falta personal y los torniquetes no funcionan. Eso se suma a que circulan boletos improvisados sin cinta magnética ni numeración. Sansone insiste en que, sin datos, la compañía ferroviaria no puede planificar. Por ejemplo, si se contaran los ingresos diarios, los gerentes podrían estimar que con la recaudación de un mes se mejore la iluminación de todas las estaciones y trenes o se reactiven escaleras mecánicas.
Con el incremento, el precio del boleto equivale a 0,13 centavos de dólar de acuerdo con la tasa oficial. Sansone apuntó que en otros países de la región el pasaje del transporte cuesta entre 0,25, como el de Quito, en Perú, y 0,65 centavos, como el de Bogotá, en Colombia. “No representa una cantidad que va a cubrir operación, mantenimiento y seguridad”, precisa. Tampoco se garantiza el pago de los casi 11.000 empleados que siguen siendo parte de la nómina. Pero sí cree que es un alza significativa para los usuarios en una economía con una hiperinflación de 4.679,50 % -según la Asamblea Nacional- y un salario mínimo que solo cubre 3,5% de la canasta básica, de acuerdo con el Centro de Documentación y Análisis Social (Cendas).
Tarjetas como solución
El precio operacional de un viaje, por ejemplo, desde Propatria hacia Palo Verde, es de 12.000 bolívares, pero si se cobrara eso, significaría un gasto diario de 24.000 bolívares por pasajero, lo que por 20 días de trabajo al mes serían 480.000 bolívares, con un salario de 350.000 bolívares.
Para Sansone, una forma de reducir el gasto de la compañía y facilitar la movilidad de los usuarios es la implementación total de las tarjetas magnéticas que comenzaron a venderse en 2008, pero que nunca se establecieron como una forma de acceso al sistema para los caraqueños. El vocero de Familia Metro precisó que hay cerca de 170.000 tarjetas en circulación.
Cada tarjeta, explicó, le costaría a la empresa entre 0,10 y 0,15 centavos de dólar que podrían venir de alianzas y publicidad, lo que resolvería los gastos por impresión de boletos, la generación de basura y permitiría el registro diario de quienes entran y salen del Metro; no será posible mientras los torniquetes estén fuera de servicio.
María Jesús Vallejo/El Pitazo