Sus compañeros de prisión creen que pudo haber sufrido un accidente cerebrovascular (ACV), según los síntomas presentados durante más de 24 horas, tiempo en el que no fue visto por un médico ni trasladado a un hospital
Danny Stalim Silva Cedeño, de 34 años de edad, murió a finales del mes de enero de 2020 en el Internado Judicial El Rodeo III en Guatire, estado Miranda, donde estaba privado de libertad desde el año 2015, por un presunto accidente cerebrovascular (ACV).
Después del fallecimiento de otro recluso por una complicación de salud, a pesar de tener medidas cautelares otorgadas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), este es el segundo deceso que se registra en el complejo carcelario en lo que va de 2020 por la misma causa: falta de atención médica.
Sus compañeros de prisión aseguran que, por la sintomatología que presentó, pudo haber sufrido un ACV.
Señalan que pasó más de 24 horas con síntomas de hipertensión, dolor de cabeza, adormecimiento facial y de sus extremidades y dificultad para hablar, entre otros.
“Estuvo así todo un día y parte del otro. Nunca gestionaron para llevarlo al hospital o al CDI (Centro de Diagnóstico Integral), ni tampoco trajeron a un médico para que lo viera. Él se pudo salvar si lo hubiesen atendido”, refirieron.
Los privados de libertad también consideran que la mala alimentación a la que están sometidos en la cárcel de El Rodeo influye en las condiciones de salud.
Danny Stalim Silva Cedeño cumplía una sentencia de 10 años de prisión por homicidio, emanada por el Tribunal Octavo de Ejecución del Área Metropolitana de Caracas (AMC).
Lidk Rodelo
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