El boxeador mexicano dio cátedra de valor y fortaleza ante Manny Pacquiao y lo noqueó contundentemente
El drama no sólo fue en la lona. También fuera de ella. La pantalla del Grand Arena mostraba imágenes de impacto. Brutales. La esposa de Manny Pacquiao buscaba, a como diera lugar, llegar hasta el ring, mientras Bob Arum la contenía. Manny tendido recibía atenciones. El tiempo a Pacquiao se le borró de la mente. Márquez había dinamitado con una derecha su rostro.
Sexto round de la pelea más encarnizada en los últimos años. Último segundo. Recta de derecha de Juan Manuel al rostro del filipino que se va de bruces. Nocaut. Dramático. Espectacular. Se acabó esta épica pelea que dejó a miles de aficionados en este lugar satisfechos, felices,con el grito de éxtasis por la contundente y aplastante victoria del mexicano.
Fue un espectáculo de principio a fin. Una batalla de poder a poder que por momentos mantenía como ganador a uno y en otros instantes al otro, mientras la gente, enloquecida, saltaba en medio de intercambio de golpes a diestra y siniestra.
Dinamita no sólo había hecho estallar sus puños en el rostro de su rival, sino también el júbilo en los miles de aficionados que llenaron este lugar. Pacquiao tardó en reaccionar. Habían transcurrido lo minutos y Manny seguía extraviado en su mirada. El KO fue fulminante, dramático, épico.
Desde el arranque se cocinaba una pelea histórica. Manny salió a demostrar por qué había «ganado» las tres últimas peleas. Sin embargo, el poder de puños de Márquez estaba listo.
No hubo ensayo. En el tercer round, un volado de Juanma depositó en la lona a un extrañado Manny que se repuso de inmediato, aún incrédulo con el golpe. Herido de muerte fue por Márquez y lo hizo de buena forma. Conectó un par de rectos que también estremecieron el rostro de Juanma.
Los siguientes rounds se los llevó el filipino. Con golpes certeros al cuerpo y cara de Márquez hacían suponer que el mexicano caería en cualquier momento, pero se sostuvo aún y cuando trastabilló con un derechazo.
La fuerza, certeza y potencia de Pacquiao comenzó a hacer mella en Juan Manuel Márquez, que estuvo contra las cuerdas en un par de ocasiones, pero el espíritu combativo de Juan Manuel lo levantaron y le permitieron continuar de pie cuando todo parecía que se terminaba.
Una izquierda a la cara terminó por derrumbar finalmente el heroísmo de Juan Manuel que se fue para atrás en el quinto round… El mundo comenzaba a derrumbarse ahora sí para el mexicano, ante el, silencio de la gente que veía como se le iba la victoria parcial.
Con sangre ya en el rostro y un intercambio de golpes sin respiro, Juan Manuel Márquez aceptó más castigo, pero sería exactamente en a los dos minutos 59 segundos del sexto round que dinamitó una potente derecha que mandó en forma escandalosa a Pacquiao a la lona.
El estallido hizo pensar de inmediato que eso había acabado… Y así fue. Manny quedó inconsciente unos segundos y tuvo que ser atendido. Contrastes, mientras el festejo invadía el Garden Arena, la esposa de Pacquiao desesperada buscaba a su esposo, sabía que el golpe había sido brutal.
El promotor Bob Arum la trató de contener, pero los gritos eran desesperados. Finalmente minutos después, en las pantallas apareció Pacquiao con la vista extraviada, pero sonriente. La derrota estaba consumada.
Dinamita Márquez celebraba con los brazos en alto. Sabe que este nocaut dejó muy claro quién es el mejor y no existe ya ninguna duda. Juanma triunfa en esta tetralogía de peleas.
Este mexicano no sólo entró a la historia con este nocaut, sino también la batalla épica que hizo estremecer a Las Vegas y que será recordada por el resto de los años como una de las peleas más encordados en la historia de los encordados.