LA DERROTA DE LA MISIÓN MIEDO. La última misión del presidente saliente no pudo tener peor final. La Misión Miedo fue derrotada por quienes en el socialismo verdadero representan la vanguardia: los trabajadores. Los mismos que dejando atrás los temores hicieron quedar en ridículo al presidente más antiobrero de la historia de Venezuela, ese que carga sobre sus hombros más de 300 contratos colectivos sin discutir desde hace 10 años. Le quitaron la careta al candidato del pasado y su inefable cadena de radio y televisión desde el estado Bolívar se convirtió en un triste entierro televisado de la estrategia del gobierno por generar pánico entre los empleados públicos ¡fue derrotada la Misión Miedo!
QUEJA POR QUEJA. El presidente saliente en los pocos lugares que ha visitado durante su campaña encuentra el mismo panorama: descontento generalizado. En cada acto le llueven las quejas más que los seguidores y la verdad es que no exageramos en nada, el candidato del PSUV arrastra cientos de promesas incumplidas y frente a un pueblo que ha perdido todo contacto con su gobernante, la única válvula de escape que tiene son estas visitas desesperadas buscando votos. Como dirían en la calle “es el momento de aprovechar, el tipo esta encampañado”. Por eso la gente reclama, pide y cuestiona, transformándole los actos de promoción de su candidatura en nuevos episodios de excusas y mentiras.
¿POR QUÉ FRACASÓ LA MISIÓN MIEDO? La respuesta es sencilla, la amenaza para que funcione debe ser creíble. Y si de credibilidad y probabilidad se trata, lo menos probable en el escenario político actual es que el candidato de la cháchara gane de nuevo. Por tanto, si no hay quien ejecute la amenaza, difícilmente el miedo tendrá efecto, se diluye como las promesas, la gente pierde el temor y se para firme frente al poder. Esta misión estaba dirigida a los trabajadores públicos y han sido los propios trabajadores del Estado quienes han decidido enterrarla, con final feliz el próximo 7 de octubre.
TRISTE RETIRADA. Hay presidentes que deciden terminar su carrera política por la puerta grande, otros por la ambición de poder creen que el carisma los acompañara siempre y actúan sin escuchar la voluntad popular. En Latinoamérica hay casos de presidentes que han salido del poder con 80% de aprobación, ovacionados y con la satisfacción del deber cumplido. El candidato del pasado sale por la puerta de atrás, con más críticas que loas y con la responsabilidad de haber convertido los primeros años del siglo XXI en la década perdida. La que por cierto es la época con mayores ingresos por concepto de renta petrolera.
LA DIGNIDAD NO TIENE PRECIO. Aquí se les dijo a los trabajadores de la gobernación de Miranda que si ganaba Henrique Capriles Radonski vendría una cacería de brujas, la inquisición y rodarían cabezas. Nada de eso pasó y hoy conviven por igual quienes todavía simpatizan con el PSUV y quienes piensan distinto. A nadie se persiguió, las listas las impulsaron de otro lado, pero ya ni eso funciona. Los trabajadores han dicho, como lo demostraron en Sidor, que la dignidad no tiene precio.
ENTERRADO EL MIEDO, RENACE LA ESPERANZA. Con Henrique Capriles en la presidencia el compromiso es resguardar los acuerdos con los trabajadores, despolitizar el acceso a los cargos en el Estado y respetar la condición de servidor público por encima de los intereses personales. Enterrado el miedo el 7 de octubre renace la esperanza, porque no hay razones para temer. El único miedo permitido es a que no haya cambios y nosotros tenemos la llave del futuro en nuestras manos. Todos a participar mañana en el simulacro electoral para decirle al candidato del pasado que se vaya preparando para la victoria de la Venezuela del progreso, la Venezuela que encabeza Henrique Capriles Radonski.
Brian Fincheltub
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