«Vivir sin agua es criminal», sentencia José Ortiz, integrante de una de las miles de familias que viven en la carretera vieja Caracas-Los Teques, que cumplieron más de un mes sin agua.
Los afectados se niegan a normalizar la situación. Algunos deben bajar a la quebrada, cuyas aguas están contaminada, para poder limpiar y bajar los sanitarios.
Otros ruegan que llueva para, utilizando las canaletas de sus techos, recoger la mayor cantidad de líquido. Unos pocos, muy pocos, cuentan con los dólares suficientes para pagar camiones cisternas. «Todos los barrios de la carretera vieja de Los Teques están sin servicio desde hace más de un mes», explica Dulce Pérez, habitante de la popular zona.
«Miles de familias pasando necesidad mientras que las alcaldesas, tanto de Caracas como de Guaicaipuro, andan es pendiente de un show, decorando calles, inaugurando negocios y gastando ahora dinero el papelillo», sentencia molesta.
Califica de inhumano que la empresa Hidrocapital ignore el clamor de miles de familia y se atreve a vaticinar un «estallido social» si no hacen nada. Cree que la falta de agua se ha convertido en un negocio muy lucrativo para quienes administran los camiones cisternas. DM