Este jueves 27 de febrero se dio a conocer el cierre definitivo de la unidad de terapia intensiva del Hospital J.M. de los Ríos.
A través de estados de WhatsApp, personal de enfermería anunció el cierre técnico de la unidad. La gota que derramó el vaso fue la renuncia de los tres médicos intensivistas que se mantenían en el área contra todo pronóstico, pasando hambre, trabajando con las uñas y negándose a dejar su espacio, movidos solo por la vocación.
La advertencia sobre lo insostenible de la situación cumple meses y hasta años según el área del hospital. En terapia intensiva no hay camas, monitores, ni respiradores. Tampoco hay material y desde este jueves tampoco hay médicos.
La directiva sigue en silencio. Días antes de la partida de los tres intensivistas, los encargados del hospital prometieron la sustitución del personal que venía cumpliendo un rol de guardia cada 6 días. Les pidieron redoblarse y se negaron porque por el sueldo que perciben es muy bajo y no les permiten cumplir sus obligaciones familiares.