Mientras Mueller fue mortífero en el área, Messi es un goleador con una zurda bendecida por los dioses y una magia única e incomparable en el mundo del fútbol
Barcelona/AP. Ochenta y cinco goles en un año calendario se dicen rápido, pero la marca que superó Lionel Messi el domingo sólo fue alcanzada previamente por un futbolista, cuyo nombre se asocia irremediablemente con el gol: Gerd Mueller.
Apodado «Der Bomber» (El Bombardero) por sus potentes disparos al arco, el prolífico delantero alemán de los años 60 y 70 comparte con el astro argentino la sed insaciable por perforar redes contrarias, su menudo tamaño, cierto aspecto mundano poco asociado a un deportista de élite y la posición de delantero; aunque en caso de Mueller mucho más centrada.
Estandarte junto con Franz Beckenbauer del Bayern de Munich que se coronó campeón de Europa en tres temporadas consecutivas (1974, 1975 y 1976) y la selección alemana que ganó el Mundial de 1974, Mueller vivió un año de ensueño en 1972, cuando además de ganar la Eurocopa metió 85 goles, para promediar uno cada 4,29 días.
Messi superó la cifra el domingo al meter dos dianas en el duelo del Barcelona ante el Real Betis en la liga española.
Al argentino, que ya rebasó los 75 goles de Pelé el pasado 11 de noviembre en Mallorca con un doblete, le restan tres partidos en lo que queda de año para seguir sumando la cifra histórica.
En un 2012 mágico en el aspecto anotador, Messi se ha acostumbrado a vivir grandes noches, la mayoría ante su público.
Doce meses dan para mucha «Pulga», y la afición azulgrana ha gozado de partidos como el de sus cinco goles en la goleada por 7-1 sobre el Bayer Leverkusen en octavos de final de la Liga de Campeones, el 7 de marzo.
Era la primera vez que alguien conseguía cinco tantos en la competición, pero Messi tardó sólo 13 días en volver a dejar huella, rebasando la marca de 232 tantos de César Rodríguez como goleador histórico del club azulgrana. No contento con igualar el registro de 57 años de antigüedad, el «10» regaló un triplete para alcanzar los 234.
Siempre resulta complicado comparar décadas, y el fútbol ha evolucionado notablemente en los 40 años que separan los 86 tantos de Messi y los 85 de Mueller. Pero el alemán opina que «era más difícil marcar goles en mi época: tenías delante al defensa central y un líbero. Siempre había dos hombres para marcar al delantero. Ahora sólo hay uno.».
La teoría es cuestionable viendo algunos de los tantos de Messi, escurridizo como Mueller cuando se encuentra rodeado de contrarios, y a menudo víctima de la dureza de los zagueros, que no saben cómo frenar su combinación de potencia, velocidad y talento gambeteador.
El Barsa fichó a Messi por vía del técnico Carles Rexach y tras hacerse cargo del tratamiento hormonal de crecimiento de «La Pulga», de quien había dudas sobre su físico. El arribo de Mueller al Bayern en 1964 también desconcertó al entrenador Tschik Cojkovski, quien no tardó en apodarlo «Bajito Gordito Mueller».
Pero si un trazo comparten ambos es su capacidad de asociación con sus compañeros. Con cada nuevo galardón conquistado, Messi recuerda que su éxito personal se debe al trabajo del colectivo, y la videoteca confirma que, aparte de su desbordante talento individual, tanto «La Pulga» como el «Bombardero» consiguieron buena parte de sus goles participando del juego coral de sus equipos.
Las combinaciones rápidas e intuitivas, al primer toque, incluso sin mirar, entre Messi y el resto de formados en la cantera azulgrana tienen precedente en el Bayern de Mueller, donde el germano tejía jugadas de parecida estampa apoyándose en Uli Hoeness o Franz Roth, aunque con menor fluidez.
Messi ya batió el récord de Mueller de 67 dianas en una temporada el 2 de mayo. Acostumbrado a superarse, registró una más, 68, con el triplete ante el visitante Málaga.
Veintitrés días después, en su último partido del curso, la final de la Copa del Rey, el rosarino estableció el récord definitivo de 73 con el segundo de la victoria por 3-0 sobre el Athletic de Bilbao.
Previamente, el 6 de mayo había anotado su gol 50 en la liga, otro récord, marcando los cuatro de la goleada al Espanyol en el derbi y la despedida del técnico Pep Guardiola ante su afición. Pero ese medio centenar resultó agridulce por la cesión del campeonato al Real Madrid.
Alimentando la teoría de Mueller, cabe señalar que los registros de los máximos cañoneros en aquella década palidecen en comparación a los números actuales: Mariano Arias (Oviedo) y Carlos Ruiz (Athletic) se llevaron «Pichichis» respectivos en 1973 y 1975 con apenas 19 redes. Y José Gárate y el propio Rexach compartieron el galardón en 1971 con 17.
Su descubridor explica que «el fútbol ahora es más zonal. Antes se marcaba más al hombre y se daban más patadas». Pero Rexach tiene clara la diferencia: «Mueller tocaba cinco pelotas en un partido y metía tres o cuatro goles. Messi interviene más en el juego. Marca goles, pero también los da».
En 1972, Mueller contaba 27 años, dos más que Messi en la actualidad. El «Bombardero» duró siete al más alto nivel, optando por retirarse en la liga estadounidense, donde sufrió problemas con el alcohol.
Así como su nula predisposición a cambiar de club en un futuro, el astro del Barsa reconoce que apenas ha visto alguna imagen de su predecesor en los anales futbolísticos, aunque admitió respecto al récord que «soy competitivo y me gusta ganar».
Ciertamente, el rosarino también sufrió días tristes en 2012. Los dos más sonoros fueron espaciados en solo 72 horas. El 21 de abril se quedó sin marcar en el clásico contra el Real y el equipo cedió una derrota clave en el Camp Nou para que los blancos acabaran coronándose. Y el 24, vivió su noche más aciaga sobre el mismo escenario al fallar un penal en la vuelta de semifinales de la Champions, quedando eliminado tras empatar con el Chelsea.
Y el miércoles, en un partido contra Benfica por la Liga de Campeones, Messi salió en camilla tras sufrir un golpe en la rodilla izquierda en una acción clara de gol, lo que por un momento prendió las alarmas al parecer que se trataba de una lesión seria. Finalmente, fue sólo una contusión y el argentino fue convocado para el duelo con el Betis.
Pero el inicio de temporada a todo tren del Barsa y Messi, líderes invictos en la liga, coincide con un feliz final de año fuera de la cancha, donde el astro celebró el nacimiento de su primogénito, Thiago, el pasado 2 de noviembre.
Dice el refrán que un recién nacido siempre llega «con un pan bajo el brazo». A «La Pulga» le sobran ingredientes y alicientes para seguir horneando goles. Y la gran clave: tiempo.
El mejor del mundo
El exinternacional alemán Gerd Müller, conocido como el «Torpedo» o «el bombardero de la nación alemana», celebró su récord de 85 goles marcados en año haya sido batido cuarenta años después por Lionel Messi a quien calificó como «el mejor jugador del mundo».
«Tuve mi récord durante 40 años. Ahora Lionel Messi, el mejor jugador del mundo, lo ha roto. Me alegro por él», dijo Müller en declaraciones difundidas por la revista «De Spiegel» en su edición digital.
Müller calificó a Messi de «gigante» y de «jugador increíble» y le deseó que siga marcando goles en los partidos que quedan en 2012 y que tenga su récord también durante 40 años.
«Messi es fantástico. En realidad sólo tiene un error y es que no juega para el FC Bayern Múnich», dijo el legendario jugador alemán.