Cancelada quedó la visita a Las Vegas para una boda con un personaje disfrazado de Elvis. El sueño de un periplo de 3.500 kilómetros (2.200 millas) para atravesar Norteamérica de punta a punta, será para otro día. Reuniones familiares, vacaciones, viajes de placer y de negocios, todos quedaron frustrados por la prohibición, anunciada el miércoles por el presidente estadounidense Donald Trump, a la entrada de europeos a fin de frenar el contagio del coronavirus.
Para muchos europeos que crecieron admirando la televisión, la música, los deportes y la comida rápida estadounidenses, la idea de ser súbitamente impedidos de cruzar el Atlántico constituye un golpe psicológico, como si un amigo entrañable les hubiera rechazado.
“Nos íbamos a casar en Las Vegas, con un Elvis oficiando la boda, iba a ser algo magnífico”, declaró Sandrine Reynaert, una residente de París que tuvo que cancelar la boda planeada para el 20 de abril. Su prometido incluso ya había grabado la fecha en su anillo de bodas.