Los Juegos de Tokio, donde estaba prevista la participación de 11.000 deportistas provenientes de más de 200 países, costaron unos 28 mil millones de dólares a Japón
Ni siquiera los Juegos Olímpicos pudieron resistir el efecto devastador del coronavirus.
Tras semanas de presiones, el Comité Olímpico Internacional tomó el martes la insólita decisión de posponer el mayor suceso deportivo del mundo, rindiéndose ante la realidad de una pandemia del coronavirus que tiene paralizada la vida cotidiana en todo el planeta y que había hecho virtualmente imposible montar la monumental cita en julio.
Los Juegos de Tokio, donde estaba prevista la participación de 11.000 deportistas provenientes de más de 200 países, iban a representar un costo de 28.000 millones de dólares en su organización. Debían inaugurarse el 24 de julio, pero ahora tendrán que desarrollarse en una fecha todavía no precisada de 2021.
Aún así, se seguirán considerando los Juegos de Tokio 2020, un gesto simbólico mediante el cual el COI busca que esta celebración deportiva se mantenga como un “faro de esperanza”. “No pienso que nadie estuviera preparado realmente para que llegara este virus”, dijo el velocista estadounidense Noah Lyles, quien se perfilaba como uno de los astros en Tokio. “Si analizamos la historia olímpica, veremos que usualmente la guerra era lo que impedía realizar los Olímpicos”.
Solo la Primera y la Segunda Guerra Mundial habían obligado a cancelar los Juegos Olímpicos, que no pudieron realizarse en 1916, 1940 ni 1944.
Ahora fue un virus microscópico, que ha causado estragos en todo el planeta y que ha frenado prácticamente toda la actividad deportiva, el que forzó algo que pareció impensable siquiera con el zika en Río de Janeiro 2016, los atentados que mataron a miembros de la delegación israelí en Múnich 1972, los boicots de Moscú 1980 y Los Ángeles 1984, o distintas amenazas de guerra: postergar los Juegos Olímpicos a un año impar.
En la mayoría de la gente, el nuevo coronavirus causa síntomas moderados, como fiebre y tos, que se desvanecen en dos o tres semanas. Para algunas personas, particularmente los ancianos e individuos con otros problemas de salud, el cuadro puede empeorar, incluso con neumonía o la muerte.
La pandemia infectó ya a 420.000 personas y mató a más de 18.000, de acuerdo con la Universidad Johns Hopkins.
El COI señaló que los Juegos “deben reprogramarse a una fecha que no sea en 2020 y a más tardar en el verano de 2021, para salvaguardar la salud de los deportistas, todos los involucrados en los Juegos Olímpicos y la comunidad internacional”.
Fue un anuncio que era esperado ante el cúmulo de presión por parte de deportistas, organizaciones deportivas y comités olímpicos nacionales que estaban nerviosos por la situación, todos enfrentando una coyuntura en la que los entrenamientos y torneos clasificatorios, así como los protocolos internacionales de dopaje, habían quedado trastocados sin remedio alguno.
La canadiense Hayley Wickenheiser, cuatro veces campeona de hockey y primera integrante del COI que criticó la reticencia del movimiento olímpico de posponer, afirmó que la decisión era “el mensaje que los deportistas querían escuchar”.
“A todos los deportistas: tomen un respiro, cuídense ustedes y sus familias. Ya les llegará su momento”, escribió Wickenheiser en Twitter.
El presidente del COI, Thomas Bach, y el primer ministro japonés, Shinzo Abe, conversaron por teléfono el martes por la mañana. Se pusieron de acuerdo, junto a un puñado de ejecutivos del COI y del comité organizador de Tokio, para tomar la decisión.
El coronavirus suma 375.000 contagios en todo el mundo, con cifras que se incrementan exponencialmente. “En las circunstancias actuales y basándonos en la información brindada por la OMS (Organización Mundial de la Salud) hoy, el presidente del COI y el primer ministro de Japón concluyeron que los Juegos de la XXXII Olimpiada en Tokio deben reprogramarse a una fecha que no sea en 2020 y a más en el verano de 2021, para salvaguardar la salud de los deportistas, todos los involucrados en los Juegos Olímpicos y la comunidad internacional”, dijo el COI en una declaración.
Antes del anuncio, Abe dijo que Bach estaba de acuerdo con su propuesta de posponerlos por un año.
“El presidente Bach dijo que estar de acuerdo ‘ciento por ciento’ y nos pusimos de acuerdo para que los Juegos Olímpicos y Paraolímpicos de Tokio sean no más allá del verano de 2021”, señaló Abe, destacando que realizar los Juegos el año entrante será “la demostración de la victoria de los seres humanos contra los contagios de coronavirus”.
Aplazar el evento supone complicaciones logísticas como la disponibilidad de sedes en Japón, la alteración de los calendarios deportivos internacionales durante cualquiera que sea la nueva fecha seleccionada, el restablecimiento de los procesos de clasificación y otras consideraciones.
La decisión se tomó apenas horas después que los organizadores locales habían dicho que el relevo de la antorcha iba a continuar el jueves. Esos planes también cambiaron.
RECUADRO
La llama se queda
“De momento, la llama permanecerá guardada y a la vista en Fukushima”, dijo el presidente del comité organizador Yoshiro Mori.
El COI y los organizadores de Tokio dijeron que confían que la decisión de posponer la cita permitirá al mundo recuperarse de la pandemia.
“Los líderes están de acuerdo de que los Juegos Olímpicos en Tokio pueden ser un faro de esperanza al mundo durante estos momentos difíciles y que la llama olímpica se convierta en la luz al final del túnel en el cual el mundo se encuentra en este momento”, dijo el COI. “Por eso, se acordó que la llama olímpica se quede en Japón. También se acordó que los Juegos retengan el nombre de Juegos Olímpicos y Paralímpicos Tokio 2020”.
La decisión es un alivio para los deportistas, dado que ya no tendrá que seguir adelante con sus entrenamientos en medio de condiciones imposibles, sin tener idea clara de para qué y cuándo deberían estar preparados.
“Agradecido de tener algo de certidumbre sobre los Juegos. Es una decisión monumental, pero me parece que es la correcta”, dijo el velocista británico Adam Gemili.