“Con la pensión de abril compré tres canillas, cada una en 70.000 bolívares, fueron 210.000 bolívares y listo, me quedaron 40.000 bolívares que no sirven para nada”, lamentó Adelaida, quien vive sola en la parroquia Candelaria
“¿A llevar sol? Yo salí porque necesito comprar medicinas para una infección en la orina y también sufro de vértigo”, aseguró Adelaida Jiménez, de 78 años de edad este lunes, día en que el gobierno del presidente Nicolás Maduro le otorgó un permiso a los adultos mayores para estar en la calle entre las 10:00 am y las 2:00 pm.
“Las personas a partir de 65 años, mis compatriotas de la tercera edad, de la juventud acumulada, podrán salir a tomar sol en su cuadra. También llamo a los consejos comunales para inventar algo para que estiren las piernas, ver el sol, sentirse mejor”, aseguró el mandatario el pasado viernes 24 de abril en un contacto telefónico con VTV.
Adelaida vive sola en la parroquia Candelaria. Antes de la cuarentena, uno de sus hijos le depositaba mensualmente una cantidad de dinero para sus necesidades, pero con la pandemia del covid-19 no ha podido salir a trabajar. Sus vecinos y familiares en el exterior están tratando de ayudarla porque solo está percibiendo los 250.000 bolívares de la pensión.
Durante la mañana de este lunes recorrió tres farmacias y no consiguió los medicamentos que requiere, y donde los había están muy costosos. La pensión pagada en efectivo era más útil para Adelaida porque aprovechaba de comprar comida en mercados municipales que rebajan el precio de los productos al no pagar con tarjeta de débito.
“Con la pensión de abril compré tres canillas, cada una en 70.000 bolívares, fueron 210.000 bolívares y listo, me quedaron 40.000 bolívares que no sirven para nada”, lamentó.
El ministro del Trabajo, Eduardo Piñate, anunció este 27 de abril que el monto de la pensión se elevó a 400.000 bolívares a partir del 1° de mayo, lo que equivale a cerca de dos dólares mensuales a la tasa oficial. Además, le otorgarán un “bono contra la guerra económica” junto a otros depósitos por el Sistema Patria.
Emilio Lozada, presidente de Federación de Jubilados y Pensionados, indicó que con la subida tan brusca del dólar paralelo, lo más justo es que las pensiones y los salarios de los empleados públicos también sean anclados a esta moneda.
Lozada destacó que al menos 1.270.000 personas de la tercera edad, distribuidos en todo el territorio nacional, no tienen tarjeta de débito para cobrar la pensión del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS). Tienen temor de que se cumplan los tres meses sin usar el dinero y que sean sacados de la nómina, medida aprobada en el año 2017 dentro del “Plan Estratégico para la Defensa del Cono Monetario” que establecía un mecanismo especial para “garantizar la fluidez del cobro de pensiones”.
La Federación de Jubilados y Pensionados espera enviar este miércoles un documento a la Superintendencia de Bancos y Otras Instituciones Financieras (Sudeban) con una propuesta para abrir una taquilla de forma segura y organizada en los nueve bancos que pagan pensión para que atiendan solo a los adultos que no posean tarjeta de débito. “No queremos llegar hasta el punto de tener que salir a protestar”, alertó.
Algunos pensionados han podido sacar de a poco su dinero en un cajero automático que funciona en la avenida Vollmer de San Bernardino, donde se encuentra la sede del banco Provincial, que está permitiendo que sus clientes retiren 50.000 bolívares diarios de lunes a viernes. Un señor que estaba a punto de ingresar a la entidad bancaria aseguró que esta ha sido la manera de recolectar en efectivo el monto total de su pensión de abril.
¿Flexibilización?
La Candelaria no ha parado desde que se decretó la cuarentena. Personas caminan para allá y para acá con bolsas de alimentos y carritos de compras. Los establecimientos tienen largas colas, algunos con distanciamiento de un metro y otros que no. Vecinos de la zona afirmaron que la cantidad de gente en la calle se ha mantenido desde la llegada de la covid-19 al país.
Manuel Vera, militar retirado de 68 años de edad, aseguró que ha salido todos los días porque no puede estar encerrado. “La policía no nos deja estar en la plaza y entonces nos ponemos en la calle de enfrente”, contó.
Este lunes, en cambio, los dejaron sentarse frente la iglesia Nuestra Señora de La Candelaria, pero no por mucho tiempo. Funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) comenzaron a desalojar a los adultos mayores de zona cerca de las 10:30 am, porque “habían recibido la orden”. Los adultos mayores les cuestionaban por qué los quitaban de la zona, si ellos tenían permiso para salir y no recibían respuesta.
Algunas personas que estaban en la plaza Candelaria se movieron para la plaza Parque Carabobo, frente al Ministerio Público. “Aquí la policía casi nunca fastidia”, dijo una señora mayor que iba con su hijo y sobrino, que no veía desde hacía más de un mes por mantenerse en su casa respetando la cuarentena.
“Yo sí necesitaba salir porque el encierro me hace sentir enfermo”, insistió Hernán, de 70 años de edad, quien aplaudió este primer intento de flexibilizar la cuarentena para la tercera edad. A su juicio, es fundamental salir a estirar las piernas y no solo pensar en las compras.
RECUADRO
Cuarentena parcial
El Observatorio Vecinal registró que el 50 % de una población de 1.285 encuestados consideraron que se está cumpliendo parcialmente el distanciamiento social en el país. El 67 % respondió que solo está saliendo para abastecerse de comida y medicinas, y el 65 % opinó que un factor que impide que se cumpla por completo la cuarentena se debe a la necesidad de las personas por salir a generar ingresos debido que viven del día a día.
Venezuela, que hasta el 26 de abril registra 325 casos positivos de coronavirus, atraviesa una dura crisis económica que se ha visto aún más afectada por la pandemia. Desde la administración del presidente Nicolás Maduro insisten por volver al control de precios para evitar la “especulación”. La tercera edad del país se cuestiona cuánto puede comprar con la pensión que reciben frente un dólar paralelo que pisó los 194.000 bolívares.
Mariana Sofía García/Crónica.Uno