A casi dos meses del cierre de los campos de entrenamiento en Arizona y Florida, debido a la pandemia del covid-19, Robinson Chirinos disfruta de la calidez del hogar mientras se mantiene en forma a la espera del posible inicio de temporada de las Grandes Ligas.
El receptor de los Rangers se prepara aprovechando los medios que tiene a su disposición como el resto de sus colegas ligamayoristas, pero en su caso involucra a su familia y hasta hace yoga como parte de sus rutinas diarias.
“Ha estado muy bien. Un tiempo agradable. Tengo dos hijos, uno de 12 años, que ya está adolescente (David) y otro de dos años (Julián), así que ha sido un tiempo bien bonito, compartiendo con ellos”, destacó Chirinos, vía telefónica desde su residencia en Dallas-Fort Worth. “He estado ayudando al mayor, invirtiéndole tiempo de calidad. Le gusta mucho el beisbol y hemos estado haciendo actividades de beisbol afuera. La casa cuenta con un buen terreno en el patio y hemos podido soltar el brazo, batear, hacer muchas cosas. Lo que es una bendición. No todo el mundo tiene el privilegio de contar un espacio abierto para poder salir y distraerse un poco. Y el pequeño, imagínate, a esa edad hacen muchas cosas y hemos podido disfrutar de él. Mi esposa (Heidy) y yo cocinamos y tenemos unas rutinas muy chéveres. En las mañanas hacemos un poco de yoga juntos, un poco de bicicleta (estática) y en la tarde hacemos pesas, además de mis actividades de beisbol. Ha sido un tiempo muy bonito en familia y, por supuesto, buscar a Dios, creciendo en él y leyendo la palabra en familia. Algo que ha sido de mucha bendición”.
Tal vez el único momento de preocupación se produjo poco después del 12 de marzo, cuando MLB canceló el Spring Training. Chirinos debió conducir unos 1.700 kilómetros desde el área de Phoenix hasta su casa en Texas.