Desde el 2017, Wilexis Alexánder es el mandamás de una organización criminal que domina cuatro de las 10 zonas que constituyen José Félix Ribas, uno de los barrios más grandes de Petare. Para algunos vecinos es un Robin Hood, pero para las fuerzas de seguridad es el bandido que usa su poder para establecer una zona de paz
En el año 2017, cuando el líder de la banda que tenía el poder en José Félix Ribas fue asesinado, se generó un enfrentamiento entre los otros cabecillas para quedarse con el trono. Cuatro años después, Wilexis Alexánder Acevedo Monasterios es quien lleva la tutela de una organización criminal que conoce todo lo que acontece, ingresa y se mueve entre las zonas 6 y 10 de la barriada petareña.
“Wilexis está poniendo entre 10 y 15 personas en la calle, todas mujeres, que él considera que trancan el desarrollo del barrio. Su banda tiene censada a la población, a los conductores, tienen hasta el control de los transportistas que llevan el gas. Haciendo uso de ese poder, a través de una nota de voz de WhatsApp, convoca a protestar y amenaza con matar a hijos y esposos a las mujeres que no vayan. Después que trancan la calle manda a algunos de la banda a pasar lista de quién cumplió y quién no”. Esto lo dijo un comisionado de las Fuerzas de Acciones Especiales (FAES), cuerpo élite de la Policía Nacional Bolivariana (PNB), luego de las protestas que realizó la comunidad de José Félix Ribas, a finales de 2019, con el fin de ser nombrados zonas de paz.
En 2019, la comunidad de José Félix Ribas salió tres veces a protestar en contra del grupo táctico de la PNB. El primer trancón se desarrolló el 10 de junio y los otros dos el 21 y 22 de octubre. En las tres protestas la consigna fue: “El hampa nos protege y las FAES nos roba”.
Las protestas en José Félix Ribas suspendieron la actividad en el barrio. Tanto en junio como en octubre, las instituciones educativas de la zona cerraron sus puertas, no hubo transporte público, los comercios tampoco abrieron, y muy pocos comerciantes informales cumplieron con su jornada. Varias madres, esposas, hijas de víctimas de ejecuciones y amedrentamientos por parte del grupo policial, dieron sus testimonios. “Los niños y adolescentes tienen miedo de hacer deportes, porque cuando dicen que por allí están las FAES les da miedo. Uno no los identifica, porque siempre andan con las caras tapadas. Nosotros queremos ser una zona de paz”, denunció el 21 de octubre Elizabeth Aguirre, miembro de la comunidad de la Zona 6.
Una fuente que no quiso ser identificada, aceptó a un equipo periodístico del portal El Pitazo que la manifestación fue organizada por Wilexis Alexánder, quien al parecer le dijo a los autobuseros que trancaran y que él les pagaría el día. Si no lo hacían tenían que dejar de trabajar en el barrio. De acuerdo con el testimonio del vecino, el pran, para llevar el registro de quiénes cumplieron y quiénes no, envió a algunos de sus hombres al sitio a verificar.
Otro vecino consultado aseguró lo mismo, pero también indicó cómo los habitantes de la zona popular han sido víctimas del abuso policial: “Para nadie es un secreto que las FAES hacen desastres a donde van, que roban, y asesinan sin preguntar, pero las protestas en José Félix las organiza él (Wilexis Monasterios). En las que yo he presenciado, han asistido víctimas. En la pasada estuvo una muchacha que relató cómo cuatro FAES entraron a su vivienda y le pegaron a sus hijos y también a su esposo; y cuando ella les dijo que arreglaba uñas, los cuatro policías se quitaron sus botas y le exigieron que les arreglara los pies”.
Según moradores, la incursión de las FAES en la barriada de José Félix Ribas inició cuando el pran reconoció a Juan Guaidó, luego que se proclamó como presidente encargado de Venezuela el pasado 23 de enero de 2019. Dicen que en la zona se desarrollaron guarimbas y eso llevó al hombre, que tiene un cartel de “se busca” por los delitos de robo, secuestro, tráfico de drogas y homicidio, a convertirse en un objetivo del grupo élite de la Policía Nacional Bolivariana (PNB).
Lo que quiere lo da
Desde que tomó el poder de José Félix Ribas, Wilexis es visto por algunos como el Robin Hood de su barrio, así como Medellín veía al narcotraficante Pablo Escobar: el que le quita a los ricos y le da a los pobres, y además les brinda seguridad.
Un residente del sector popular, que pidió dejar su nombre en el anonimato, relató que en la zona se puede amanecer de fiesta y no pasa nada, que el que roba está muerto. “En José Félix tú sacas tu IPhone X, tu celular último modelo y nadie te lo mira, lo mismo pasa con carros y motos. En mi barrio hay más seguridad que en Fuerte Tiuna, y quien se atreve a alterar ese sistema amanece con varios tiros entre cuerpo y rostro”, dijo otro vecino de la comunidad, que también pidió omitir su nombre.
Wilexis tiene el mando de todo en los barrios que controla: la repartición de las bolsas de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP), la venta de drogas, el resguardo de los vehículos que su banda roba en la ciudad, y además también ha configurado una figura entre presidente de junta vecinal o alcalde, pues desde la zona 6 a la zona 10 no se puede hacer un evento o una jornada social sin tener su bendición. “Si alguien se atreve a planificar algo sin su consentimiento, eso no va. El barrio está claro”, comentó un residente.
RECUADRO
Control total
Habitantes de la zona aseguran que la banda de Wilexis Alexánder está conformada entre 150 a 200 hombres y la mayoría no pasa de los 30 años, los más jóvenes todavía están en la escuela o entrando al liceo; a estos últimos, de acuerdo con información aportada por moradores, se les da el cargo de gariteros (custodios de territorio) que están armados con escopetas y pistolas, además de radios transmisores para comunicar al instante todo lo que sucede. “Cuando un ciudadano que no es de la zona ingresa al barrio, la banda de inmediato activa un protocolo: le piden su identificación, y le exigen contestar para dónde va o qué va hacer. La idea es hacer saber desde el primer momento quién es el que manda”, aseguró un vecino.
Wilexis también dirige la extorsión a los bodegueros de su zona, a quienes amenaza si no cumplen con la cuota asignada. Pone en la lista negra a las mujeres que llaman su atención; la que le corresponde sigue con vida, y vive con todos los privilegios, pero la que no, huye o tiene una bala en la frente. Un residente cuenta una anécdota: “Hace meses, a Wilexis le gustó una chama, tenía menos de 20 años, pero ella tenía un novio que vivía en otro barrio. Cuando el muchacho intentó visitarla en su casa, Wliexis mandó a varios miembros de su banda y lo corrieron a tiros”.
Este es el poder que tiene Wilexis, un mando que, hasta la fecha, nadie ha podido o querido quitarle.
Daisy Galaviz/El Pitazo