Especialistas en seguridad alertan sobre la posibilidad de que las largas colas que se forman cerca de las estaciones de servicio sean caldo de cultivo para la creciente delincuencia en el país
La mañana del pasado 1º de junio, un grupo ciudadanos que esperaban en una cola para surtir gasolina en una estación de servicio ubicada en Altamira, municipio Chacao del estado Miranda, fueron despojados de sus pertenencias por un par de motorizados.
Tras el anuncio del nuevo aumento de la gasolina en el país, y de las 200 bombas Premium habilitadas para quienes deseen pagar en moneda extranjera, los venezolanos madrugaron para abastecer sus automóviles, tras pasar alrededor de tres meses con crítica escasez de combustible.
A pesar de que el Gobierno Nacional informó que la mayoría de las estaciones de servicio tanto en la Gran Caracas, como en otros estados de Venezuela, se encuentran operativas para atender a los conductores por número de placa, muchas de estas no contaban con el mecanismo de biopago, o no tenían gasolina para surtir, lo que provocó largas colas de vehículos.
En Altamira, los conductores se encontraban desde muy tempranas horas, algunos desde la madrugada, para llenar sus tanques, lo que fue aprovechado por unos motorizados para robarlos. En el grupo se encontraba la periodista Ginette González.
Los conductores esperan que en las próximas semanas se normalice de manera concreta el nuevo sistema de distribución de combustible, ya que durante los dos primeros días que se implementó, las colas fueron gigantescas, todo un caldo de cultivo para la creciente delincuencia del país.
Según el especialista en seguridad ciudadana, Luis Izquiel, pagar en dólares el suministro de combustible podría ser un anzuelo para los antisociales. “Los criminales sabrán que, al estar en una bomba para pagar dólares, los usuarios que están en esos vehículos portan divisas”, detalló.
En estas dos primeras fechas del nuevo plan de distribución de gasolina en el país, miles de conductores han desafiado al hampa al formarse en grandes colas, pese que en muchas de ellas hay presencia de efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB). Aún así, el clamor de la ciudadanía es que los organismos competentes incrementen el patrullaje policial y militar en los alrededores de las estaciones de servicio para garantizar la protección de los ciudadanos y de los trabajadores de estas bombas. MDC