Neomar Lander (17 de octubre de 1999- 7 de junio de 2017)
“Mi primogénito y mi eterno amor”, fueron las palabras con las que su madre Zugeimar Armas define a su hijo Neomar Lander quien fuera asesinado durante las protestas en Venezuela del 2017. Nació el 17 de octubre de 1999 a las 6:45 am en el hospital de Guatire; ella, su madre recuerda con satisfacción de los dolores de parto durante esa madrugada y la alegría que sintió al ver a Neomar por primera vez. “Era una cosita chiquita, flaquito pero llenito de amor. De bebé era muy tranquilo y perspicaz, todo lo aprendía rápido, era de mal comer siempre fue delgado. ! Mi flaquito ¡como cariñosamente lo llamaba, tuvo una infancia feliz, a medida que iba creciendo se ponía más inquieto y travieso. Era un niño muy sano. Sus comiquitas eran las de Disney y le encantaba jugar con carritos y pistas Hot Wheel. Siempre fue audaz, como si no tuviera miedo a nada, con la adrenalina a mil, de ahí que le gustaba el deporte extremo. Tenía bicicleta, patineta, patines y hasta Nintendo. Estudio preescolar en la Unidad Educativa Teresa de Cepeda, la primaria en la Unidad Educativa La Milagrosa y el bachillerato lo estudiamos (si lo estudiamos porque a cada rato me citaban por las travesuras que él hacía y yo lo ayudaba con los trabajos que le mandaban) en el Colegio Presbiteriano el Buen Pastor donde egresó como bachiller a los 16 años”.
-Fueron 17 años, pero juntos en familia vivimos un mundo… podría pasar días escribiendo de mi hijo… “A pesar de lo tremendo en él no había maldad, era muy cariñoso y se le ocurría cada cosa, le gustaba el fútbol, el basquetbol, subir la montaña (el Ávila) amaba la playa, fue su lugar favorito. Era muy chistoso, en todos lados era el centro de atracción. Le encantaba la torta de chocolate, su comida y golosinas favoritas eran la pasta con caraotas, carme molida y plátano, Oreo, Dorito y malta. Cuando no tenía clase se despertaba a la una, dos de la tarde. Era muy colaborador, en su tiempo libre ayudaba mucho a su papá a reparar las motos en el taller familiar. Tenía muchas amigas y amigos. También trabajaba como recreador en los planes vacacionales en la ciudad de Caracas. Quería estudiar ingeniería”.
La señora Zugeimar Armas y su familia les envían el siguiente mensaje a todos los venezolanos: “¡Mi país y mi gente duelen y mucho! Fuerza que vendrán tiempos mejores, no perder la fe es importante, no dejen que los sentimientos y conceptos rendirse y acostumbrarse pasen por su mente. No debemos hacernos esclavos de nadie, nuestra Libertad depende de cada uno de nosotros”.
-Estas palabras representan -señalo responsablemente- los recuerdos llenos de nostalgia de una madre venezolana que jamás esperó perder físicamente a su hijo en una protesta caraqueña ante un sistema totalitario que condena con cárcel, destierro o muerte a quién se le contrapone. Si analizamos la descripción que hace la señora Zugeimar sobre Neomar, comprenderíamos que él pudo ser nuestro hijo, sobrino o vecino y es por eso que hoy esta nota de prensa desea resaltar a la vida del joven libertario, el niño, adolescente, hijo, al ciudadano venezolano que perdió la vida prematuramente bajo la convicción de que la lucha de pocos vale por el futuro de muchos… “Neomar desde su martirio, desde su osadía y muestra patriotismo es un referente de la familia venezolana opuesta a la perdida de las ilusiones patrias, esas que construyen el desarrollo y la felicidad de los ciudadanos de un país en democracia”.
Finalmente, desde las organizaciones sociales y políticas que hacen vida por las libertades y la democracia en el Municipio Plaza invitamos en pleno a recordar en toda Venezuela cada 7 de junio como un momento histórico, ejemplo de resistencia y lucha por Venezuela…
Ronald Feo