La grave situación por la cual atraviesan los servicios públicos golpea cada vez más fuerte en comunidades de la Gran Caracas, como Las Minas de Baruta, Petare, Caricuao, El Valle, Coche y La Vega, precisamente donde se han detectado pacientes afectados por el coronavirus
Con el aumento de casos comunitarios de coronavirus en el país, vecinos de los sectores populares del Área Metropolitana de Caracas se mantienen en alerta. Recientemente, el presidente Nicolás Maduro anunció que en Las Minas de Baruta, Petare, Caricuao, El Valle, Coche y La Vega se registraron nuevos casos de la enfermedad, pero en todas esas comunidades falta lo más importante para contener la enfermedad: el agua.
Estas zonas no solo padecen por la falta constante del servicio básico por tuberías. Los vecinos señalan que desde que inició el confinamiento para evitar el contagio de SARS-CoV-2 se han intensificado las fallas en el suministro de energía eléctrica, gas doméstico y la inseguridad sigue reinando.
En el sector El Carmen, del barrio Unión de Petare, no llega el agua por tuberías desde hace un mes. Por la escasez de ese servicio básico, Luis Velázquez, un mototaxista, ha tenido que ir a cargar botellones a la Cota Mil y a un llenadero en La Urbina, pero con el racionamiento y la venta de gasolina en dólares el traslado se le ha complicado. “Para movilizarme a buscar agua debo ir en mi moto y ahora con el problema de la gasolina no puedo hacerlo. Para tener agua lo que hago es comprar la mineral que venden algunos vecinos, pero un botellón cuesta 50 mil bolívares. También me da miedo salir a buscar agua de madrugada, porque Petare es inseguro”, dice.
Velázquez vive con sus padres e hijo y durante el mes que tiene sin agua ha gastado semanalmente 500 mil bolívares. “Tengo que llenar un pipote y lo vamos rindiendo”, señala.
Al sector El Carmen ni siquiera han llegado los súpercisternas del Plan Nacional de Abastecimiento de Agua, anunciados por el ministro Néstor Reverol el pasado 16 de mayo. “De no ser por la venta de agua mineral, no sé cómo haría y eso que en la televisión dicen que lo más importante para prevenir el virus el lavarse las manos”.
En las comunidades de Petare no solo falta el agua. En lo que va de cuarentena se han registrado al menos tres protestas por la falta del servicio básico en los barrios aledaños al sector 5 de Julio, mejor conocido como Fechas Patrias.
“Además del agua, en mi casa no llega el gas constantemente. Desde hace dos meses que no viene el camión y los Consejos Comunales le otorgan 60 cupos a las personas, muchos quedan por fuera, yo soy afortunado porque tengo tres bombonas”, comenta Velázquez.
“El problema nos agobia”
Para Diana Bolívar, una habitante del sector Brisas de Petare, la falta de agua en el barrio los agobia. Este miércoles 3 de junio, ella y sus vecinos cumplieron un mes sin recibir agua por tuberías y han tenido que pagar en divisas para poder abastecerse durante estos días. “Para llenar el tanque, que tiene menos de 1.000 litros, he pagado 15 dólares. Cuando no tengo divisas me toca comprar agua mineral por botellones y con eso surto el pipote que tengo. A mí se me hace difícil porque tengo dos niños pequeños”, dice Bolívar.
La falta de agua no es el único problema que afecta a Bolívar, por tener una bombona de gas doméstico de 43 kilos se le ha hecho imposible poder abastecerse en el camión. “Los del gas han venido pero yo nunca puedo comprar. Me tocó pagar 5 dólares para poder comprar mi bombona”.
En las comunidades que componen Petare no solo falta el agua sino que llega amarilla y grasosa. Así lo denunció Alberto Bueno Rangel, a través de un contacto telefónico con un equipo periodístico del portal Efecto Cocuyo. Rangel habita en el barrio San Miguel, y aunque antes llegaba el agua con frecuencia, desde que inició la pandemia duran hasta cuatro días sin el suministro del servicio básico.
“Afortunadamente tenemos un tanque subterráneo, pero el agua está viniendo turbia y aceitosa; no sabemos por qué llega así. Son pocas las veces que me ha tocado cargar agua porque en casa tenemos un tanque subterráneo pero es triste ver diariamente un desfile de madres e hijos cargando agua juntos”, explica Rangel que trabaja como editor de libros.
En Las Minas de Baruta
Desde que se registró la falla en la planta del sistema Tuy II, en la calle Colegio Americano de Las Minas de Baruta, no hay agua por tuberías. En ese sector se han registrado 10 casos comunitarios de covid-19. “Ya tenemos dos semanas sin agua por tuberías, nos quedan las reservas en los tanques pero ya se está acabando. Durante estas semanas he comprado agua mineral por botellón, en 1 dólar cada uno”, dice Esteban González, habitante del sector.
González cuenta que muchos de los que padecen por la falta del servicio básico van con sus pipotes y bidones a buscar agua a un llenadero cercano ubicado en La Trinidad.
Pedro Pablo Cadenas padece la misma situación. El joven habita en el conjunto residencial Las Danielas, ubicado en Las Minas de Baruta y tiene 15 días sin que le llegue el agua por tuberías. “Yo trabajo en El Paraíso y cada día me traigo perolitos de cinco litros, esos me sirven para cocinar y en ocasiones los usos para bañarme”, explica.
No solo por falta de agua se vio afectado el joven de 25 años de edad. El pasado 2 de junio, fue asaltado por hombres armados cuando se dirigía a su residencia. “Me robaron la cartera, mis documentos, las calles siguen siendo inseguras”.
En Coche y El Valle
Aunque en la urbanización Cacique Tiuna, de la parroquia Coche el agua por tuberías no dura un mes sin llegar, Giovana León cuenta que desde que inició la cuarentena el servicio empezó a desmejorar y tener agua todos los días ahora pasa hasta 4 días sin el servicio. “Yo no tengo tanque porque en mi casa llegaba el agua todos los días, pero ahora me veo afectada porque no llega el servicio frecuente, he tenido que pagar bidones y botellones de agua mineral para paliar la escasez”, indica.
En la casa de Beiker Ortega, quien vive en la calle 5 de Julio de Los Jardines de El Valle, llega el agua dos veces a la semana, pero no a los vecinos, quienes pegan sus mangueras en su casa para abastecerse. “Somos los únicos que contamos con el servicio de agua potable y por eso surtimos a la comunidad. Muchos tienen años sin recibir el agua directamente en sus casas”, comenta Ortega.
Además de las fallas en el suministro de agua, zonas de El Valle y Coche sufren por constantes apagones. “El servicio de luz está fallando frecuentemente. Esta semana se ha ido más de cinco veces. Adicional a eso, hay una parte del sector que está sin luz, debido a que los jóvenes que vuelan papagayos despegaron uno de los cables de los postes”, alega.
Ortega explica que para arreglar los cables que dejaron sin luz a parte de la comunidad, los vecinos llamaron al personal de Corpoelec, pero estos les estaban cobrando 20 dólares por la reparación del cableado. “Si aquí pega una brisa se va la luz”, comenta el vecino de El Valle.
RECUADRO
En Caricuao y La Vega
El servicio del agua en Caricuao es regular. Así lo califica Francisco Pérez, habitante del sector UD3, quien asegura que desde que inició el confinamiento comenzaron las fallas con el suministro de agua en la urbanización. “El agua llega una vez a la semana. Yo puedo administrarla porque tengo un tanque y me dura, pero a muchos de mis vecinos no”, asegura.
En el edificio donde habita Pérez hay un tanque de agua subterráneo que se usa dos veces a la semanas para poder surtir a los vecinos que sufren por no poder administrar suficiente agua para la semana.
Además del agua, en Caricuao, donde han registrado casos comunitarios de coronavirus, los bajones de energía eléctrica son constantes. “Hay sectores en los que siempre se va la luz. Por muy poco tiempo, pero varias veces al día”.
Gisely Quintero vive en la parte alta del sector Las Casitas de La Vega. Antes de que se decretara el estado de alarma nacional para contener el coronavirus, en su casa el agua llegaba de jueves a domingos, pero desde que se anunció el confinamiento el servicio llega una vez a la semana y dura pocas horas. “Los días que no tenemos agua, la mandan del tanque del edificio, pero a veces tenemos que pagar 40 mil bolívares por llenar un perolito de 5 litros de agua”.
Reynaldo Mozo Z./Efecto Cocuyo